filosofía de bolsillo
esta tarde, al
fin,
después de
arrastrar durante días
una botella de
agua
maloliente,
he decidido
vaciarla
en el lavabo y
arrojar
el vacío
continente,
con desprecio,
a la basura.
he cogido con
brío la garrafa
de agua
mineral, natural,
un vaso de
vidrio fino,
y he pegado un
buen trago
aséptico y
satisfactorio.
a veces, —he
pensado—
se debería
poder hacer lo
mismo
con la vida.
pequeñas batallas nocturnas
cómo resistir
indemne
a este concilio
pactado de tinieblas,
a esta quietud
tácita y velada
bajo las
sábanas.
cómo
respirarnos el aliento
sin devorarlo a
dentelladas y mandíbula.
cómo no deletrearnos
las pasiones,
declamando,
sílaba a sílaba, entre tus muslos.
cómo
abandonarme al sueño que es la muerte,
sin la caricia
sinfónica
de tus suspiros.
dimanche blues
víspera de
lunes,
tarde de
domingo,
melancolía,
lluvia
y fútbol radiado.
el dilema
conseguir que
te lean
para alcanzar
la fama
o
alcanzar la
fama
para conseguir
que te lean.
una ficción, una sombra, una ilusión...
a medida que
envejecemos
los sueños se
vuelven
menos
frecuentes, pero a la vez
más intensos,
más profundos,
hasta que del
último
no sabemos —o
no queremos—
regresar.
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