Si se sube al andamio
y le dan convulsiones
ningún escritor va a contar su
historia
porque la literatura, casi
siempre, deja caer una sábana
sobre el cadáver de los obreros
muertos
así nadie sufre
ni se entera
ni se quiebra el papel con
historias poco interesantes para
la gente que se regodea en la
puerta de las facultades
o en la Fnac
la literatura
casi
siempre
(he dicho casi siempre por temor
a que nadie lea nunca este
poema)
olvida contar las convulsiones
de nuestra clase social.
Ángela Martínez Fernández. Huracanes en la periferia. Ed. La Oveja Roja, 2024
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