documentos de pensamiento radical

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martes, 30 de septiembre de 2025

Día 12

 


 

Estoy en la piscina del Oeste.

Una mujer anciana busca en el neceser

productos descatalogados que extiende sobre la piel surcada de pecas y manchas.

Se echa una loción en su pelo rizado.

 

Debería  hacer ese tipo de cosas,

rebuscar en neceseres y cuidar mi piel,

mojar mi cabello débil y perfumarlo,

arrasar con su cloro,

amarlo.

 

Saca ahora  unas medias de cristal transparente y se las pone con sus manos temblorosas,

las acaricia cuidadosa para que sus uñas lila no las rompan.

Las sube, evita tirones.

La medias ascienden y van cubriendo varices,

ramas venosas que tatúan la piel de una senectud bálsamo,

recuerdos de un hombre besando, mordiendo muslos, apretando un vientre,

cabellos acariciando rodillas, sustitutos de  medias cristal.

 

Cerramos ambas los ojos.

No hablamos.

Sentimos que somos únicas.

Sentimos que hay vida y que está  dentro de  nosotras.

Sentimos que conociendo los prospectos de belleza impresos dominaremos este recinto.

 

Ella nada.

Nunca dice palabras.

Levanta la cabeza con movimientos de cronómetro.

 

Por primera vez he imaginado una vida diferente.

La de esa mujer que habla con sus yemas acariciadoras de sí misma,

conocedora del juego del solitario,

conocedora de  cómo colocar las cartas en columnas inferiores,

de manera descendente y alternando colores o tréboles.

Piensa en el orden.

Sustituye  las  manos del amado por las suyas,

piensa en el sabor del recuerdo de un hombre

como el mío,

al que creo que amo,

aún amo.

 


Ágata Navalón. Piscina del Oeste. Ed. El sastre de Apollinaire, 2025

lunes, 29 de septiembre de 2025

PALABRAS




 

Ojalá unas palabras sirvieran

para cambiar algo

alguna conciencia,

llegaran a algún destino.

 

Palabras como vileza, crueldad, atropello,

y que algunos las entendieran por fin,

que les hicieran parar

parar parar parar palabras

como masacre o, genocidio,

 

 

Pero qué pueden hacer unas palabras

que no consiguieron ya hacer las imágenes más tristes:

los pies descalzos de niños que huyen de la muerte dejando atrás el hogar,

las caravanas desvalidas de una diáspora,

La desesperación tras los bombardeos.

 

 

¿Qué pueden hacer las palabras que no hiciera ya la sola experiencia de ser padre, de ser tía,

de saberse hija o amigo?

 

 

Ojalá sirvieran unas frases como

se está repitiendo el holocausto

ante nuestros ojos o  aquí estamos

viéndolo en el televisor.

 

Pero no sirven las palabras, no sirven para parar parar todo este horror

 

 

Aún así las diremos,

las palabras,

las seguiremos diciendo;

tendrán que oírlas,

palabras como Palestina libre,

Israel genocida;

frases como exigimos a nuestros gobiernos …..el cierre de embajadas, o el fin de comercio de armas.

 

Palabras que serán molestas, que serán obstáculos, que señalarán lo que quedó impune

 

Las seguiremos diciendo y ojalá las palabras

algún día… tal vez….

Ojalá …… ya no sean necesarias

 


Enna Villarroya. inédito.

domingo, 28 de septiembre de 2025

2 poemas de LAS VOLUNTADES de ENNA VILLARROYA MARTÍNEZ

 


SIN MANUALES DE AUTOAYUDA

                            

                        Gozoso despegó las velas el divinal Odiseo y,

                        sentándose, comenzó a regir hábilmente la balsa

                         con el timón, sin que el sueño cayese en sus 

                          párpados, mientras contemplaba las Pléyades

                          (…).

                                                     La Odisea


La sonriente abuela P. , siempre echándose al negro Ponto con el IMSERSO. Primitivo, el poeta del pueblo con sus aladas palabras. El sensato juez de paz, el bondadoso Higinio. Los padres que nunca pusieron la mano encima. La inocencia de Peregrina, y su historia de amor, que hacía llorar a las ninfas. El chistoso y longevo Teodoro, el puntual y trabajador Manolo (con las cuatro reglas de su padre) , la disciplinada Nieves,

Penélope del Burda. La esforzada Ángeles; el disfrutón y comprensivo Burgos, la amorosa Ana. El gran orador D. con sus precisas y divinales palabras. 

El valiente H., la vida para él, hijo de Baco. La alegre y luchadora yaya M. La resiliente yaya E. Oh dioses ancestrales, oh ancestros míos, mostradme el camino, la verdad local, una pequeña verdad de pueblo o de barrio que me sirva.

 

 

 

LA DESTRUCCIÓN DEL MURAL


                                                            Todo se ha quemado en el incendio

                                                                     palabra es lo único que tengo.

 

                                                                                    Vetusta Morla


Aquella vez guardé la flor vertiginosa y mi queja fue minúscula , queja otramejilla. Los lirios engañaban con su supuesta pureza, con su blanco censor de brocha gorda.

Aún puede alzarse la flor pluma, flor afilada, flor dedo índice que apunta al blanco:

Blanco pintado sobre el disparo en arte pop. 

Blanco sobre el arte figurado de los niños humildes. 

Brocha gorda sobre las caras distantes de Modigliani.

                       Esta iglesia era obrera. Remodelémosla.  

Pintura blanca sobre el color negro del alto horno.

Brochazo blanco sobre la transparencia de los cristales de las naves de talleres.                        Ese mural  mostraba el mal: la violencia con trazos Guernica era                        molesta. No te perturbes; arrodíllate aquí y déjate arropar por los                        dorados místicos de este nuevo templo. Borra esas imágenes de tu                              mente y sumérgete en la religiosidad del ego: Dios te habla solo a ti,                        en tu burbuja espiritual. No importa la guerra tan lejana o el hambre de                        otras o el miedo de otros, o el dolor de los hijos de otros.                       No pienses tanto                       solo mira lo que yo te muestro, lo que quedó                         tras la destrucción:

 

                        una pared en blanco.


 

 

 Enna Villarroya Martínez. Las Voluntades. Huerga & Fierro, 2024

 

sábado, 27 de septiembre de 2025

Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética (fragmento VII)




Sobre el escribir mucho: sucede que en los últimos años me he ido quedando sin palabras. (…) Me he ido quedando sin palabras adecuadas ante la enormidad de lo que sucede y lo que vemos venir: ecocidio más genocidio. Un planeta Tierra infernal, inhabitable; y un horizonte de exterminio.

Ante eso ¿qué clase de palabra poética? Se da una Gran Desproporción entre lo que somos capaces de hacer y lo que deberíamos hacer. Y ¿también entre lo que logramos decir y lo que necesitaríamos?


*

 

La tentación para el poeta es situarse lejos, por encima de las turbulencias del devenir histórico y la vida cotidiana, respirando el aire enrarecido de las cimas alciónicas. Pero aunque ascienda de vez en cuando a la montaña, no puede quedarse allá. El sufrimiento de todas las criaturas no deja un solo momento de sentirse, y el bodhisattva le susurra al oído: a ti también te corresponde intentarlo.


Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética. Edición y selección de Alberto García-Teresa. Ed. Lastura, 2025

viernes, 26 de septiembre de 2025

Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética (fragmento VI)


 

PROPUESTA ESTÉTICA

 

Intelectual, filó-

sofo, crítico de arte, escultor, coreógrafo, poeta, ¡haz

tu trabajo

de vez en cuando al menos

como si el capitalismo

existiera!


Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética. Edición y selección de Alberto García-Teresa. Ed. Lastura, 2025

jueves, 25 de septiembre de 2025

Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética (fragmento V)


 

 

De Resistencia de materiales. Ensayos sobre el mundo y la poesía y el mundo (1998-2004) (Montesinos, 2006)

 

6

No cabe ignorar que hay en la poesía, con independencia de que aborde o no temas “sociales”, un elemento intrínsecamente cuestionador, subversivo, insurreccional. Con sus recursos propios, metonímicos y sobre todo metafóricos, lo que la poesía hace incesantemente es aproximar lo lejano, conectar lo desconectado, establecer vínculos que antes no existían. Este trabajo de creación de vínculos, ínsito a la función poética del lenguaje, resulta profundamente perturbador para el orden de las categorías establecidas: se trata de una potencia dinámica que continuamente busca poner en movimiento lo quieto, y sin cesar desbarata los equilibrios estabilizados.

La función poética del lenguaje pone siempre en acción esa dimensión crítica. Pero se puede ir un paso más allá y señalar que igualmente pone en acción una dimensión utópica, en la medida en que remite, de alguna forma, a un profundo anhelo de unidad total. Señala un horizonte utópico de vinculación entre lo vivo y lo inanimado, entre lo visible y lo invisible, entre lo próximo y lo lejano.

No hay ser humano sin lenguaje, no hay lenguaje sin metáfora, y no hay metáfora que no ponga en movimiento esta doble dimensión. Dimensión crítica –puesta en entredicho de los sistemas categoriales petrificados— y dimensión utópica –sueño de vinculación cósmica— consustanciales a la función poética del lenguaje en todos sus usos, y no sólo en los usos poéticos del mismo. (…)

 8

Poder no es solamente que Fulano imponga su voluntad sobre Mengano pese a la resistencia de este, en un conflicto abierto y observable. Es también, por ejemplo, lograr definir el lenguaje con el que se plantea un problema (y condicionar así las posibles soluciones). Y vale la pena observar que una forma de poder como esta última sólo puede entenderse en términos de fuerzas colectivas (desafiando así los presupuestos del individualismo metodológico que prevalece en las ciencias sociales).

De forma que una parte sustancial de la dominación se ejerce siempre a través del lenguaje: no a través de la coerción directa, sino mediante el monopolio de las definiciones de la realidad. Con la separación entre lo nombrable y lo innombrable, entre lo pensable y lo impensable, entre lo posible y lo imposible...

Cómo podría entonces la poesía permanecer ajena a la cuestión del poder... (…)

Por tanto, un elemento programático: nos comprometemos no sólo, ni principalmente, porque sean posibles la belleza, la justicia y la libertad (ni mucho menos porque estén garantizadas), sino sobre todo para que sean posibles.


12

¿Puede ayudar la poesía? Quizá con su capacidad de extrañamiento. Ver el mundo con ojos nuevos es una condición previa para poder transformarlo, y la poesía, que nos ayuda a des-automatizar la mirada y la expresión, nos permite ver el mundo con ojos nuevos. (…)

Capacidad de extrañamiento de la poesía, en un doble sentido: extrañarnos es asombrarnos, y también es distanciarnos, sumergirnos en la alteridad. Cuando la poesía es anhelo de lo otro, resulta natural la alianza con la revolución. (…)

 

13

¿Qué puede la poesía?, les preguntan una y otra vez a los poetas. La poesía puede recordarnos que somos mortales; que la frágil lumbre de la conciencia está entretejida de palabras, y que estas son material inflamable; que no tenemos que aceptar las definiciones de lo nombrable y lo innombrable impuestas por el Amo; que la belleza siempre está ahí, dispuesta o posible; que la tragedia forma parte de nuestra condición; que el ser humano aspira a lo abierto y merece superar los espacios de reclusión y oclusión.

La poesía (en su doble función celebratoria y crítica) puede mantener abierto el mundo, en positivo, o al menos –en negativo– oponer resistencia a su oclusión. Desde esta perspectiva, arte y poesía son imprescindibles e insustituibles.


15

La forma más básica de compromiso es el estar juntos duraderamente: esto tiene más que ver con el “arte de amar” que con las políticas de partido.

El problema que se planteaba a comienzos del siglo XX era el hombre sin atributos. El que se nos plantea a comienzos del XXI es el ser humano sin vinculaciones.

En una época en que el descompromiso, la evasión de responsabilidades, la extraterritorialidad de los poderes dominantes y el “arte de la fuga” se han convertido en el arma principal para ejercer el dominio, una poética resistente es, antes que nada, una poética de la vinculación. (…)


SOBRE LA AMABILIDAD Y LA DESESPERANZA

(AUTOINTERROGATORIO) [fragmentos]

 

¿Una definición muy breve de la poesía? Lo contrario del show-business, en todos los sentidos. (…)

¿Cambios en tu poesía reciente? En el año cero cero sustituí la mesa de trabajo por la hamaca de trabajo, lo cual tuvo consecuencias poéticas.

¿Manifiestos, grupos de escritores, salones de independientes? Nos orientamos por el sol, la luna y el lucero de la mañana. La independencia se demuestra practicándola, no proclamándola. (…)

¿No resulta un poco excesiva tanta queja contra la “poesía oficial”? Uno no puede querer a la vez estas dos cosas: por una parte acampar en lo agreste, fuera de los muros de la ciudad, y gozar de la libertad del ermitaño; y por otra parte estar en las mesas de todas las tabernas, en los tabancos de todos los mercados, y ser invitado a todas las fiestas. Amigo, hay que elegir.

¿Pero la poesía no precisa justificación? Todos tenemos que intentar dar razón de lo que somos y lo que hacemos; pero mucho depende de dónde, cuándo, por qué y ante quién. (…)

¿Poesía comprometida? Oí alguna vez a alguno de los poetas “novísimos” –quizá Guillermo Carnero, o Luis Antonio de Villena— que su opción, en los años sesenta, había sido vivir y crear como si el franquismo no existiese. Creo que mi opción, a partir de los años ochenta, fue vivir y escribir como si el capitalismo existiese, y como si la democracia pudiera existir. (…)

No me convence. De nuevo: ¿para qué la poesía? La poesía nos recuerda siempre que venimos del extravío, que avanzamos extrañándonos, y que nos sustenta algo que sólo atinamos a nombrar: enigma. Es el castizo Cristóbal de Castillejo (1494-1550), censor de las italianizantes modas importadas por Garcilaso y Boscán, quien –malgré lui— acierta a captar en tres endecasílabos más que brillantes el temblor de alteridad y de deseo sin el cual enmudece la poesía: “...y oyéndoles hablar nuevo lenguaje/ mezclado de extranjera poesía,/ con ojos los miraban de extranjeros”. Ese hablar nuevo lenguaje y esa mirada de extranjería son lo propio del poeta. En fin: una abeja en el corazón, por sugerirlo con la imagen del chileno Rosamel del Valle.

Perdona que insista. ¿En qué medida la poesía ayuda, auxilia? Por los caminos de la poesía, uno encuentra palabras que son suyas. Palabras que por supuesto proceden del acervo común, del gran bosque compartido del lenguaje, pero que al mismo tiempo son irremediable e intransferiblemente suyas. Como todo ser humano necesita palabras así –porque todos y todas necesitamos ser acogidos en el mundo–, la búsqueda del poeta puede ser inspiradora para los demás, y ayudarles. (…)

Pero la belleza... La belleza y la justicia son seguramente las dos grandes cuestiones en la vida del ser humano; correlativamente, las dos grandes dimensiones de la poesía son celebración y crítica.


POESÍA, RADICALIDAD: UNA AUTOCRÍTICA

(A PROPÓSITO DE LA ANTOLOGÍA FEROCES) [fragmentos]


4

Los poetas malditos no me interesan en cuanto malditos: me interesan en cuanto poetas. (…) Son los otros quienes maldicen al poeta maldito. Este no debería aborrecerse a sí mismo: tiene asuntos más importantes que atender. Le enamoran los saberes y sabores de la poesía.

A los quince años el rechazo absoluto puede ser puro. A los cuarenta sólo puede tratarse de estulticia, o de impostura (uno ya sabe todo el no que hay dentro del sí, y todo el sí que cabe en el no).

Conviene no confundir la extravagancia del corte de pelo con la radicalidad de los planteamientos vitales.

 

5

No veo necesaria una ruptura con la poesía de los últimos años, lustros o decenios: durante todo este tiempo hubo poesía admirable con la que uno puede enlazar. Seamos dadaístas –cuando hace falta– en lo esencial, pero nunca en lo insignificante. Me resultan ajenas tanto la beatería de la tradición como la estridencia del adanismo, lo que alguna vez he llamado la “ilusión del absoluto comienzo”.

En cada momento histórico, incluso en los de predominio más aplastante de una opción estética determinada, hubo otras tradiciones minoritarias, más o menos sumergidas, que forman parte de la historia en igual medida que la(s) tendencia(s) principal(es). Hacer aflorar estos veneros ocultos es más importante que descubrir Mediterráneos. (...)

En poesía, la ferocidad más o menos truculenta está más vista que el tebeo. Del malditismo prêt à porter se han explorado todas las gamas, tejidos y tonalidades. Lo que no está visto, lo que resultaría verdaderamente raro y original –pero tiene pocas posibilidades de atraer los focos de los medios masivos–, es lo que podríamos llamar poesía social en su verdadero sentido (no lexicalizado): la del poeta, escriba como escriba, comprometido prácticamente con los movimientos sociales emancipatorios de su tiempo. (No hay, claro está, una sola línea de escritura ni un sólo criterio estético compatible con este compromiso práctico.) (…) No me basta con saber, pongamos por caso, que el mundo es una gran prisión: quiero conocer a los carceleros y a los presos con nombres y apellidos.


7

Ser una víctima no confiere ninguna calidad moral especial. Ser marginado no proporciona ninguna superioridad ética. Hay que luchar contra las fuerzas y las estructuras que provocan daño y marginación, pero sin engañarnos sobre lo que estamos haciendo. El victimismo es uno de los peores posibles puntos de partida para cualquier cosa que uno desee hacer.

En tiempos en que la propaganda comercial recurre abundantemente a marbetes como radical (para promocionar una línea de refrescos, por ejemplo) o extremo (para promocionar videojuegos violentísimos, por ejemplo), no estará de más recordar que lo que nos interesa a los refractarios (cuánto me gusta la palabra que empleaba René Char) no es situarnos en los extremos del orden vigente, amparándonos en una tolerancia inversamente proporcional al peligro del desafío, sino quebrar ese orden, fundar otra ciudad.



Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética. Edición y selección de Alberto García-Teresa. Ed. Lastura, 2025

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética (fragmento IV)


 

 

De Una morada en el aire. Diario de trabajo

(18 de agosto de 2002 a 18 de agosto de 2003) (El Viejo Topo, 2003)


La palabra clave no me parece comunicación, ni tampoco conocimiento, sino más bien búsqueda, indagación.

Se trata de una forma de existencia. Quien la practica vive una intensa sensación de libertad interior y verdad subjetiva. Como toda liberación, aspira a serlo de todos y todas. Como toda verdad, es potencialmente universal.

Pero hay que subrayar el aspira a, el potencialmente. No debe ocultársenos que hay condiciones previas necesarias para desembocar en esta búsqueda –condiciones educativas generales, y decisivos encuentros biográficos que sólo pueden ser contingentes–: condiciones que, de hecho, circunscriben esa universalidad potencial a una actividad de círculos relativamente reducidos.

¿Hay que obsesionarse con ello? Creo que no. En este sentido, la situación de la poesía no debe de ser muy distinta de aquella en que se encuentran la sabiduría taoísta, la filosofía epicúrea o el cristianismo de base: universalidad potencial y encarnación minoritaria.

¿Quiere eso decir que hay que renunciar a ampliar esos pequeños círculos, a la predicación de la buena nueva? Nada de eso, porque cada persona cuenta. Huyendo, eso sí, del exceso de celo misionero, hay que tener claro, no obstante, que poseemos –o más bien nos posee— una verdad preciosa, y que conviene intentar regalarla a otros igual que a nosotros nos fue regalada. Vivir en poesía es una buena forma de vivir.


Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética. Edición y selección de Alberto García-Teresa. Ed. Lastura, 2025

martes, 23 de septiembre de 2025

Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética (fragmento III)


  

 

De Canciones allende lo humano (Hiperión, 1998)

 

 

 

EL DERROTADO DUERME EN EL CAMPO DE BATALLA

 

 

“...porque el fascismo es, en primer lugar, esa incapacidad de entrever la poesía en la dura y buena prosa cotidiana, esa búsqueda de una poesía falsa, enfática y excitada”.

Claudio Magris.

 

“La poesía es dinamita para todos los órdenes establecidos de este mundo”.

Heinrich Böll.

 

 

1

La poesía da nombre. El poeta persigue el empeño, quimérico e irrenunciable a la vez, de atinar con el nombre verdadero de las cosas. Nombrar es transformar la realidad: la realidad nombrada no es la misma que el caos precedente a ese acto primordial. La poesía no es arma voluntariosamente cargada de futuro, y en mi modesta opinión conviene dedicarnos conscientemente al desarme, no a la acumulación de armamento. Pero por otra parte no hay poema que deje el mundo intacto.

Una de las peores cosas que pueden pasarle a uno es que una sola verdad le impida ver todas las demás. Luis Buñuel se muestra todavía más severo: “Daría mi vida por el hombre que busca la verdad y mataría al que cree haberla encontrado”.

Algunos poemas se escriben para gustar; otro necesitan ser escritos. Son dos clases distintas de poesía, legítimas las dos. Pero incomparables.

Cada poema logrado es una intimación a quitarse las orejeras, salirse del carril, desuncirse de la noria, pararse al borde de la autopista y respirar. Es una invitación a romper la férrea y ajena disciplina cotidiana en cuya irracionalidad nos hemos extraviado. Nos dice: asómate a esta ventana profunda; come este bocado de verdadera realidad.

Creo en una poesía que acompañe al ser humano; y esa es la poesía que yo necesito. Tal acompañar no excluye volver la vista atrás, explorar senderos laterales ni adelantarse unos kilómetros en anticipación de lo que vendrá: pero sí que me resultan ajenos los visionarios vuelos estratosféricos donde desaparece toda consideración por la fragilidad de la constitución terrenal de las criaturas.

Pégate a la piel de los acontecimientos; mezcla tu aliento con la múltiple respiración de los seres de este mundo. El riesgo de extraviarte en sus complejos laberintos, de perder la perspectiva más fértil, es real. Pero menos importante que el riesgo –infinitamente peor– de ahogar tus razones y tus emociones en una estratosfera sutil, despoblada de seres verdaderos, donde la inexistente resistencia alimentaría tus fantasías de poder y la imposibilidad de contraste condicionaría la vanidad de tu especulación.

A veces un instantáneo antípoda nos facilita la autodefinición. “Me sigue convenciendo bastante aquella frase en la que se decía que, realmente, cuando se ha perdido el poder, ya sólo nos queda la literatura, sólo nos queda la poesía como consuelo. En ese sentido la literatura es, necesariamente, melancólica” (Jon Juaristi). A una poesía consoladora y melancólica yo opongo otra desconsolada y rabiosa. (Que no me pidan el certificado de vacunación.)

En el último decenio del siglo XX, se diría que ver y decir lo visto (sin apartar la mirada, sin calzarse anteojos, sin renunciar voluntariamente a la sintaxis) es ya un acto de rebelión.

Entre la resignación a la impotencia y las fantasías de omnipotencia, un difícil espacio donde lo real dialoga con lo posible, mientras tú vas aprendiendo a orientarte.


***


 CIUDADANO POETA (RESPUESTA AL CUESTIONARIO

DE CÉSAR DE VICENTE HERNANDO) [fragmentos]

¿Qué opinas sobre los problemas de una poesía popular?

Diré las cosas algo brutalmente: hoy, en sociedades como la española actual, una poesía popular es imposible porque no hay pueblo. Ya no. No existe un vivir colectivo sostenido en una tradición continuamente recreada, no existen subculturas campesinas u obreras nítidamente diferenciadas de la cultura de la clase dominante. No existe un sujeto colectivo dotado de una cultura popular propia. Estamos en otra fase.


Jorge Riechmann. Una poesía de los vínculos. Antología de textos sobre poética. Edición y selección de Alberto García-Teresa. Ed. Lastura, 2025