documentos de pensamiento radical

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martes, 2 de septiembre de 2025

RÉQUIEM Y EXALTACIÓN de MATÍAS ESCALERA CORDERO (frag. V)

 


II

 

DIÁLOGO ENTRE HÖLDERLIN Y LA CLASE OBRERA

 

 

Para un criado ser feliz significa estar aletargado. ¡Ser feliz! Cuando me habláis de ser feliz es como si tuviera en la boca papilla y agua tibia. Aquello a lo que sacrificáis vuestros laureles y vuestra inmortalidad es tan estúpido y tan funesto. Oh, luz sagrada que sin descanso actúas en tu inmenso reino allí arriba y de cuya alma participo a través de los rayos que a mí llegan… ¡Que tu suerte sea la mía! De tus hechos se alimentan los hijos del sol, ellos viven de la victoria, se estimulan con su propio espíritu y su fuerza es su alegría.

Hiperión o el eremita en Grecia. F. Hölderlin

 

1

 

 

AL ANOCHECER FRENTE AL EDIFICIO DE LA BOLSA

 

… Dime Friedrich: ¿Qué Objeto poético debe ser el Nuestro…?

            El enemigo/Otro… O el enemigo/Nosotros…

 

… El Otro es Tú: es Nosotros…

 

… ¿El Lucro? ¿La Fuerza? ¿La Represión también…?

 

… El Otro es Tú: repito. Es Nosotros…

¡Saca el espejo y mira!…

 

… Sí Friedrich: Miro pero es tan desalentador verse así…

 

… ¿No es más duro aún el engaño…?

            ¡Valor: hermana!...

 

… ¡El Otro es un enemigo tan cómodo!...

¡Tan bien localizado!…

 

… ¡Y un hueso tan roído!…

 

… ¿Entonces…?

 

… ¡Valor: hermana!…

 

… ¿Y de los poetas: qué decir…?

 

… ¿De los vuestros…?

 

… Sí Friedrich: De nuestra poesía y de nuestros poetas…

¿Es posible una poesía cuya materia no sean los sueños…?

¿Y si la materia fuera la realidad/real…?

 

… ¡No hay otra posible!…

 

… Pero tú cantas a héroes y seres del pasado…

 

… Hiperión o Alabanda o Diotima o Grecia…

Y sus sueños…

Son seres tan reales y presentes como Tú y como yo…

                        Son el pasado presente…

 

… ¿Dónde están nuestros dioses: nuestros héroes y semidioses…?

            ¿A quiénes cantaremos nosotros…?

 

 … Un día: los tuvisteis…

Vosotros también habéis tenido vuestros titanes…

Y vuestros dioses y semidioses: habitantes

de un nuevo Olimpo humano…

… Aunque renunciasteis a ellos…

… eran héroes de cuerpos esbeltos y hermosos…

 

… ¿Y nuestra Grecia: nuestra Roma…?

 

… ¡Tuvisteis vuestra Grecia!…

… ¡Tuvisteis vuestra Roma!...

Y os las arrebataron: llorad su pérdida

o clamad por su restitución como yo hice

con la mía…

 

… Dime Friedrich: ¿Yo/Nosotros soy/somos entonces como Ellos…?

¿El Otro…?

 

… ¿Por qué escriben vuestros poetas…?

 

… Escriben a falta de una bruñida y afilada cuchilla en la guillotina…

            O porque lloran una pérdida…

 

… ¿Comprendes…?

 

… ¡Ahora comprendo!...

Son como tú: sienten la misma rabia y el vacío de una pérdida…

 

… Sí:   Hay tantas gargantas que seccionar…

Mejor las hermosas palabras…

Y los cuerpos esbeltos y la fineza de sus espíritus…

Y que recuerden –entre tanto– a sus héroes dioses y semidioses…

 

            [Pausa]

… ¡Y recordad también a vuestros monstruos titanes!…

 

… ¿A nuestros monstruos titanes también…?

 

… Ya sabes: necesitamos de la memoria para mantener la vigilia…

Debéis manteneros despiertos mientras dure la noche…

Como las doncellas estaban alerta en la vigilia: yo te acompañaré…

Soy también habitante de lo oscuro…

           

… ¿Compartiremos esta humilde Bujía…?

 

… Sí. Y su vacilante irradiación…

 

 


 

CUARTA VOZ. RESPUESTA CUATRO

 

ÁNGELA MARTÍNEZ FERNÁNDEZ[1]

 

La clase obrera es una frontera llena de latidos

de corazones rojos que bombean

las entrañas de la tierra

y dan a luz a una niña

huérfana

 

 

Estos son los pensamientos que barrunto,

ya crecerán las semillitas que alimento.

Gata Cattana

 

 

Si digo

clase

en el poema

esclavos

servidumbre

trabajo

obreras

explotación

si digo

hay facturas sin pagar

trazo una línea divisoria

impongo

un ritmo de lectura

una orientación

y quizá

seguramente

el alejamiento premeditado

de personas

a las que quiero

el desinterés más absoluto

y a veces la crítica

de otros a quienes

no quiero ni querré

pero cuyas palabras

construyen

el terreno de juego

donde vivimos

e intentamos sobrevivir

 

Si digo

sin embargo

amor / rabia / dolor

te quiero

ha muerto mi padre

no tengo tiempo

el tren va despacio

la duda se disipa

los rostros se relajan

se vuelven apacibles

se compran poemarios

para Navidad

se pintan versos

en el borde de las calles

e incluso

se gana dinero

porque nadie piensa

que hay alguien

hablando

de la lucha de clases

 

Es este juego de palabras

la diferencia entre

la sospecha

y el beneplácito

lo que nos convierte

en fantasmas tristes

hijas de un mundo desaparecido

renegado

incómodo

desagradable

ficticio

un mundo encarcelado

en los límites

del tiempo anterior

encapsulado

en una película

de ciencia ficción

que ni siquiera

está disponible

en las plataformas de entretenimiento

 

Por eso hemos puesto

un altavoz

en el borde del río

un altavoz enorme

que cuelga de la barandilla

que marca

el margen donde vivimos

 

por eso hemos escrito

un poema-altavoz

 

para ahuyentar a los fantasmas para que se escuchen mejor nuestras quejas nuestros deseos de venganza hemos perdido el miedo a leer en voz alta porque tenemos la certeza el infinito convencimiento de que también el llanto la soledad y el desconsuelo también el cáncer de los padres los ansiolíticos la nevera estropeada los hijos en paro las discusiones de pareja y todos nuestros puentes

están cercados por

se nutren de

las fronteras

entre ellos y nosotros

 

 

por eso

desde la ciudad del trabajo

y la servidumbre

buscamos ahora

un nuevo alfabeto

otra modulación del grito

que no nos convierta en espectros

sino en titanes

en combatientes

que no nos expulse

ni nos niegue

ni nos tape la boca

con sacos enormes de amianto

con puentes a oscuras

sin postes de la luz

 

buscamos ser cascarón

raíz

embriones

manchados de sangre

pues rojo ha sido nuestro sino

desde la aurora del tiempo

y rojo será el alfabeto

que nazca del espejo

donde nuestras madres

no se pintaron la comisura de los labios

porque

para fregar suelos

a las seis de la mañana

una no tiene tiempo

de tocarse la cara

una no tiene tiempo

de notar que debajo

de la octava vértebra

ha nacido un quiste enorme

que interrumpe

la vida

 

Cuál es el valor de nuestros muertos

preguntan desde el fondo de la sala

y un eco sordo

responde:

en el hogar futuro

ni siquiera la muerte

puede medirse

con la palabra “valor”

por eso debemos buscar

un código nuevo

reventar a patadas

el tablero de palabras

las narraciones que nos matan a sangre fría

por eso

debemos ser

 

releídos

arrasados

deshechos

resignificados

 

atravesadas

           

por una sinfrontera

un territorio de imaginación fecundo

que nos devuelva a las madres

que nos permita decir

con los labios secos

me han dado el finiquito

el niño no tiene pijama

ayer te vi con ella

he metido el pan en el horno

y que nadie huya nunca

de este poema-altavoz

que nadie se marche sin girar la cabeza

y tartamudear las letras

de un alfabeto que nos pertenezca

y nos permita

                                   ser

de nuevo

posibilidad



[1] NOTA DE LA AUTORA. El texto que presentamos es una relectura, más bien un puzle, compuesto por retazos, palabras, ideas o sonidos de Réquiem y Exaltación –de ahí el uso repetitivo de la cursiva–. Se escribió el 24 de marzo de 2021, en un balcón de cinco metros cuadrados, en el barrio valenciano de La Torre, al otro lado del puente, allí donde la dictadura construyó una frontera (física y simbólica) para desterrar a los habitantes de la periferia al más puro silencio. Hablamos ahora desde los márgenes para condenar los privilegios impuestos con violencia, pero sobre todo para articular un mundo nuevo. Uno que nace en los balcones de los edificios rotos, en las raíces de la hierbabuena, en las mochilas enormes de los niños, en los barracones donde estudian, en el canto de los periquitos y en el olor de la comida que las mujeres preparan a mediodía y que trepa y trepa como una enredadera por las ventanas del barrio.

 


Matías Escalera Cordero. Réquiem y Exaltación. Ed. Lastura, 2025

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