Dejé el agua del Lucus abrazando el agua del Atlántico,
un abrazo parecido a una fusión,
como un trance sufí.
Dejé el abecedario de los mitos
y la sangre que sigue corriendo
debajo de muchos puentes.
Dejé a Las Tres
Bellas
sobre su colina preferida,
en su intimidad,
borrando lágrimas de las manzanas doradas,
lejos de la autovía.
Las dejé y volé
hacia allí,
recorrí la distancia por mar.
Tomé tierra:
trenes, autocares y metros
me hicieron el viaje agradable, mi pérdida
después de que incansable
me arrastrara por todos lados.
Me encontré en
Triana,
saludando a mis abuelos, uno por uno.
Me indicaron el Guadalquivir y la Giralda.
Vi espadas oxidadas
y baúles de donde salen canciones
y danzas cubiertas de polvo,
y vasos de vino que no perdieron su color,
y chicas tímidas agotadas por la jodienda
y el baile con el estómago vacío.
En la plaza de
Las Armas
estuve arrastrando mi maleta hacia la estación,
jadeante y temeroso de mis ancestros,
por si me alcanzaban y me tiraban al río.
Mohammed Abid. Mero rumor. Ed. Diwan al- Maghrib, 2025
Traducción de Mohamed Larbi Ghajjou revisada por Antonio Orihuela.
Ilustración de Matilde Granado Belvis.
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