La brecha entre ricos y pobres se agranda.
A un lado de la brecha los ricos se felicitan,
saben que en su camaradería y solidaridad
está el éxito de que la brecha siga creciendo.
Al otro lado, los pobres ven la brecha
y se degüellan entre ellos.
Antonio Orihuela. La guerra tranquila. Ed. Origami, 2013
Antonio, ¡Cuántos bicharracos más se han quedado fuera de tu clase de naturales!
ResponderEliminarSi no te importa, te lo cojo prestado.
Un saludo.
Poema-bala directo a la conciencia de los aún no inhumanos (los inhumanos, claro, no tienen conciencia). Te abrazo, hermano.
ResponderEliminarManuel, Ángel, gracias a los dos compañeros. A vuestra disposición siempre. Un abrazo a los dos.
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