CANORO
SEÑOR BORORO
Me duele -con me duele eso empezó Keats-
como cuando la lanza del lirio salvaje abre en la mesita de la cocina su triple
gloria doble que debe ser lo que busca la gente en las tiendas caras de ropa
que imitan con esfuerzo kung-fu de coronado en Mato Grosso bororo o maquillado
en el Sahel para el cortejo bororo, amor, ese tío que canta en el cañaveral del
vecino ha atravesado con su cuerpecito este oceánico desierto, como casi todos
los que se la juegan en esas pateras deshilacha-cha-cha-chá-das de juguete que
curioseamos en nuestras playas desiertas, rápida sucesión de notas repetidas, unas
roncas, tú y yo roncamos, otras líquidas, tú vino y yo sidra, intercala
sincopado un «choqui-choqui-choqui» muy sonoro y un «piuuuuú» aflautado y
piante, primero lento y luego como en nuestra siembra de siesta alcanzando un
crescendo, relájate con ruiseñor relax como joven universitaria relax o masaje
con final feliz extrema unción de gozo y desaparición, -no, no estéis agobiados
por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con
qué os vais a vestir - dijo uno que acabó como un preso torturado vestido de
morado, perro, greñas y flauta, mendigando y nomadeando en bandas de amigos
neotribalistas ¿entiendes ahora toda las rebeliones y todas las religiones? Y
el sabor del mar es la sal y el sabor de toda copla la libertad, siembra
palabras, siega emociones, almacena desapariciones, y sin embargo, o con
embargo y exiliado del mundo del crédito dulce y cigarrero, se acerca el verano
como una fantasía de renta básica universal y homo ludens huizingiano. ¿No vales tú más que un paraíso fiscal? Y sin
ejércitos, y tan pequeños, y nadie los invade, el agobio se mata atacando en
diagonal, escrache en la espalda a una buena persona, o carga elegante por
última vez como caballería polaca contra tanques, vais a comer las recetas de
los dominicales, vais a beber una cosecha de fruta de super fermentada y
descartada, os vais a vestir con recortables de folletos brillantes. Normal,
millones queriendo ser normales, y las normas los están matando, hasta morirse
cuesta dinero ¿no podría acurrucarme con flores y cubrirme con piedras como un
neandertal? …no, no, tienes que ser normal, y agobiarte por el mañana por la
mañana, porque el mañana traerá un agobio propio, más tecnológico, más
diferente, choqui, choqui, choqui, piuuuuuú, una mierda, contesta el canoro
señor ruiseñor, amor, ese tío canta en la noche macroeconómica e inhumana del
agua privatizada y el desarrollo feudal geocida de los que fabrican y se
esconden los papeles con ceros a la derecha de caras y puentes, los mismos que
no saben de caras y puentes, amor, no el refrito, la cita, el espejo, la
noticia, el pastoreo de masas o la pantalla, es el tomatito naranja de la
mandrágora compartido, es agua del pozo el hombre canoro y señor, salvaje
lirio-pájaro, alienígena amor jondo, la flamenca fuente... ¡Loor, loor, loor,
señor ruiseñor!
COMANDANTE LIRIO
Comandante, la consciencia océana es
capitana y comandante sentado en el centro de la rosa de los vientos, autoridad
plena desde que se cierran hasta que se abren las puertas de la nave, que
delicado y alerta cumple miles de reglas, pero llegada la emergencia, -el oro
no vale nada- decía Sampedro, la vida es el oro, todas puede romperlas,
bitácora orgánica, máquina del tiempo, comandante en el centro, la flor de lis
marca el norte de la rosa de las ventoleras del ánima y los vientos,
supervivencia del grupo, compasión, iluminación, revolución, escrito y firmado
con sangre, lugar y tiempo, en la cartilla de vuelos, que el rumbo sea el motor
y el viaje igual a su destino, belleza arriba, belleza abajo, belleza en los
lados, belleza moral y natural como renta básica universal o cajita mix de
semillas de trepadoras, al pairo lo calculo y rumbo hacia un cuento de
aventuras y mutación, sin mutaciones locas, apuestas y puestas masivas la vida termina sin
perdices su cuento, la flor del iris es una pista de aterrizaje perfecta para
insectos, al entrar dejas las semillas de fuera y al salir te llevas las
nuestras, el gozo es reclamo, algunas flores te invitan a café para que
vuelvas, otras se visten de flamenca, corrige el rumbo y la altura, comandante
lirio, como Abraxas o Baphomet, tres pétalos lenguas lascivas apuntan al suelo,
tres erguidos señalan al cielo, -vuela como un artista, rumbo y altura, no hay
más que rumbo y altura- gritaba el viejo capitán Kieran, la mayor compasión es
regalar puertas, naves, mutaciones, orígenes, panspermia accidental o dirigida,
todo empezó a partir de las migas de un picnic de los dioses, una escala para
estirar las piernas en Pangea, y ahora millones de formas vivas se menean, nave
trilobita, barca cordada pikaia, ziqurat
de Bab-Ilú, ojo de la naturaleza, comandante zoonauta, escucha a la tabernera
Siduri que te sirve las cervezas,-fiesta,mujer, mano de niño, no zarpes,
siembra…-, pero si llegas lejos Utnapishtim el lejano no dejará que te vayas
sin algún secreto, brújula, comandante génesis, nave viva cargada de simientes
cada vez que alguien se crea un cuento, un mapa, un tesoro, una mutación, un
paraíso, un amor, vamos allá, arranca, barquero, arranca, “gate, gate,
paragate, parasamgate, Bodhi svaha”, “plus ultra”, “hasta el infinito y más
allá”, como un muñeco que cree que puede volar, con la espada del principito y
con gorra investido de autoridad plena por la emergencia, supervivencia del
grupo, compasión, iluminación, revolución, ocho brazos, tres cabezas,
imposible, comandante lirio, imposible, eso es leyenda, nunca hemos salido del
viaje, aventura de la buena ventura, del tiempo vivo de las odiseas, evangelios
y epopeyas, pero… si giran los pétalos de la rosa de los vientos, Mahakashyapa
sonreirá de nuevo.
Daniel Macías. Ave Libro Ave. Ed. Amargord, 2015
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