Sentado
junto a los que despertaron en medio del viaje,
en esta casa de la que, poco a poco,
se fueron llevando los muebles,
qué fácil es reconocer qué engañados están
quienes desprecian el vuelo,
la luz cambiante danzando en el viento,
dorándolo todo,
trenza,
filamento,
armonía del fuego donde arder
sobre las olas...
En esta casa,
que estaba tan cerca,
en medio de la confusión de los caminos
y el verdín de los puentes,
abro los ojos.
Con las manos vacías,
salgo de esta casa, robado
como el ladrón que fue a robar a la cárcel.
Antonio Orihuela
Obra pictórica de Daniel Lezama
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