En el medio del mar no hay alcobas
ni búcaros con flores ni sirenas de plata
ni dios siquiera ni misericordia
solo los ojos profundos de aquel negro
que sonríe y te mira entre la espuma
y escupe sal sin aliento
y sabe que te quiere y que se ahoga.
En la orilla descansa tranquila la serpiente
y crece el árbol de la infamia.
Sobre una playa de Tarifa
los náufragos toman el sol desnudos
por última vez ante el forense.
GARCÍA ALONSO, José, Formas de seguir abrazando, Alcancía, 2016, Plasencia.
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