… Tu abuelo insistía mucho en ello, en nuestro final no hay, ni habrá, épica ninguna. Ni III Guerra Mundial a lo grande, ni pamplinas; las cosas dejaron de suceder así poco después de finalizar la segunda y última gran guerra mundial, primero en Corea, luego en Cuba, o en Hungría, en Vietnam, en Laos, en Camboya, en Rodesia, en Congo, en Angola, en el Canal de Suez, en Palestina, en Grecia, en Chile, en Argentina, en Nicaragua, en El Salvador, en Indonesia, en Líbano, en Yugoslavia, en Irak, en Siria, en Ucrania, en Yemen, en Irán, en Colombia, en Venezuela, en Brasil, en tantos y tantos lugares, en tantos etcéteras y etcéteras… Contadas y nombradas todas, todas juntas fueron la auténtica Tercera Guerra Mundial y seguimos en ella… La Tercera Guerra Mundial es nuestro estado natural, global y difuso, desde 1947…
Silencio.
… No, no habrá Apocalipsis Atómico, ni bacteriológico, ni visitas de alienígenas, ni espectaculares cataclismos de ningún tipo; solo realidad, una cruda, viscosa y decepcionante realidad… Esos finales apoteósicos y puntuales los seguiremos disfrutando en las pantallas, o entre la Niebla… O los disfrutarán quienes todavía sigan leyendo los clásicos del siglo veinte, muy dados a este tipo de finales… (y traza el inicio de una triste sonrisa) El de verdad, ya ves, es así, lento, prosaico, violento, desabrido, desesperanzado, cutre, cursi, sin encanto ninguno, entre la basura y el hedor de las muchedumbres acongojadas que ahogan nuestras ciudades, y entre el sudor y la sed y el hastío de medio planeta. No se nos concederá el honor siquiera de un final digno de un relato…
… ¡Ya veremos, abuela; ya veremos!…
Silencio.
…Ahora, descansa un poco y no digas nada más; respira así, despacio, profunda, lentamente. Descansa y dame la mano…
Y mientras ella descansa, él continúa hojeando sus papeles…
Lee.
… Un estado especialmente afectado por esta estricta política de control y prevención fue el antiguo estado de Israel, que, a pesar de su alianza estratégica con Arabia Saudí y otros estados árabes de la zona, frente a los diversos enemigos comunes que iban presentándose, desde las viejas facciones palestinas, el Irán de los imanes chiitas, hasta las sucesivas oleadas yihadistas de la segunda y tercera década de este siglo, perdió su tradicional patente de corso en el Medio Oriente en cuanto dejó de tener el alto valor geoestratégico que, durante décadas, tuvo para América del Norte… Su profunda división interna, su larvada crisis social y de identidad, y su propia decadencia como estado, tras décadas de extenuante dominio político y cultural del extremismo religioso; la firma del Tercer Pacto Nuclear con Irán y la inclusión del estado chiita en la órbita de la Federación Euroasiática, un aliado táctico, por entonces, de Norteamérica, frente a lo que quedaba de la Unión Europea y China; junto con el final de las larguísimas guerras de Siria e Irak, con el tratado de paz firmado en 2029, aceleró el proceso de aislamiento y decadencia del estado judío… La posterior e inesperada alianza de Occidente con los antiguos enemigos, incluido el Nuevo Califato, y la definitiva neutralización de las élites saudíes, jugaron un papel decisivo en la pérdida del viejo estatus de estado protegido del que había gozado Israel desde su fundación…
Matías Escalera Cordero. Un sollozo del fin del mundo. Kaótica Ed. 2023
Obra gráfica de Amable Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario