El
instinto de atesoramiento en Manuel
Es
inmenso por naturaleza
O
en cuanto a su forma
El
dinero no conoce fronteras
Es
el representante general de la riqueza material
Al
mismo tiempo
Toda
suma efectiva de dinero
Pues
sólo posee poder adquisitivo
Dentro
de límites concretos
Esta
contradicción
Entre
la limitación cuantitativa del dinero
Karl
Marx. Das Kapital. Kritik der
politischen Oekonomie. Verlag von Otto
Meissner, 1867.
En
el pasado la permanencia era lo ideal
Todas
las energías creadoras y productoras de Manuel
Se
encaminaban a aumentar la duración del producto
Manuel
construía cosas para que durasen
Como
la sociedad en que vivía era inmutable
Cada
objeto tenía una función definida
Al
acelerarse el ritmo de cambio en la sociedad
La
economía de permanencia muta por la de transitoriedad
La
tecnología rebaja el costo de fabricación más que el de reparación
Y
al ser la fabricación automática y la reparación manual
Resulta
mucho más barato sustituir que reparar
Es
económicamente sensato confeccionar objetos baratos e irreparables
Que
se tiran una vez usados y que no duran tanto como los reparables
La
tecnología mejora el objeto con el tiempo
Cualquier
cosa de una generación dada
Es
mejor que la anterior y peor que la posterior
Como
cabe prever mejoras en plazos breves
Se
construye para esos plazos cada vez más breves
Manuel
se encuentra atrapado
En
una maniobra cuidadosamente diseñada
Un
antiguo producto cuya muerte ha sido deliberada
Mente
acelerada por su fabricante
Y
la simultánea aparición de un «nuevo modelo mejorado»
Anunciado
como un don celestial de la más reciente tecnología
Alvin
Toffler. El Shock del Futuro. Plaza & Janés, 1970.
En
el mercado de la oferta y la demanda de Manuel
La
necesidad de reemplazar lo «anticuado»
Lo
que no satisface o simplemente no queremos más
Ya
está prevista en el diseño de los productos
Y
en las campañas publicitarias
Pensadas
para crecientes volúmenes de ventas
La
corta vida útil de un producto
Forma
parte de la estrategia de marketing y del cálculo de ganancias
Y
suele estar predeterminada prescrita y asimilada
En
las prácticas de consumo de Manuel
Que
propugnan la apoteosis de lo nuevo (lo de hoy)
Y
la denostación de lo viejo (lo de ayer)
Zygmunt
Bauman. Vida de Consumo. Fondo de Cultura Económica, 2007.
Son
necesarios tres ingredientes
Para
que la sociedad de consumo de Manuel
Pueda
proseguir su ciclo diabólico
La
publicidad
Que
genera el deseo en Manuel
El
crédito
Que
le provee los medios
Y
la obsolescencia acelerada y programada de los productos
Que
renueva su necesidad
Serge
Latouche. Pequeño tratado de decrecimiento sereno, Icaria,
2009.
Al
principio todos nos llamábamos Manuel
Y
desde el principio
Por
motivos de necesidad comodidad voracidad o caducidad
A
Manuel siempre le ha gustado tener cosas
A
mano
Un
buen día
Es
un decir
Manuel
decide que la propia edad de las propiedades
Va
a ser la principal propiedad de cada futura propiedad
Y
a través de sencillos mecanismos
Decide
la propia edad de cada deseada propiedad
Siempre
metiendo a Manuel en una espiral
Donde
con sumo gusto consume obligado
Por
la ficticia convencional y necia necesidad
De
tener su ansiada propiedad a la moda
Por
la mala calidad de la codiciada propiedad
Que
urge de una permanente renovación
Por
la exigencia constante de actualización
De
todas sus anheladas propiedades
Por
adquirir el estatus que trae consigo
La
imprescindible propiedad de una propiedad
Por
la programación de la vida útil de una propiedad
Mediante
su calculada y beneficiosa obsolescencia
Hay
quien dice que Manuel está programado
Para
acumular propiedades en breve obsoletas
Y
así engrasar la máquina de hacer propiedades
Donde
Manuel es su principal mecanismo
Su
alienado operario
Su
enajenado propietario
Su
único producto
Imágenes:
Ángel Pasos. Street
Photography
Vídeo: Big Lazy Robot. iDiots, 2013.
En el Futuro ya no queda otra cosa que la Deuda. A ensancharla y someternos a ella lo llaman Crecimiento.
ResponderEliminarLa mayor fuente de riqueza es la esclavitud. Y Manuel, es un esclavo del consumismo.
ResponderEliminar"Es más fácil engañar a la gente,
que convencer que han sido engañados"
Mark Twain