AMOR
Toda
la vida conviviendo con los obuses
y
bombas de otras fronteras.
¡Yo
no me acostumbro!
En la comisura de los labios
un silbido, amor,
y los brazos vacíos rozando el silencio
antes de la caída de la nada sobre la tierra,
ensangrentada fisura en el límite de los hombres,
en el camino equidistante
arbolado por el odio y las despedidas
mutiladas de llantos inexplicables.
En la comisura de los labios
un gesto, amor,
y los brazos caídos en la desesperanza del abrazo
que el mundo niega en sus extremos
y en este epicentro que vio nacer tantos deseos.
Olvido y sepultura de mares que no liberan,
pozos de sangre hacia la indiferencia.
En la comisura de los labios
llanto y cuerpos, amor,
desgarrados por las sombras
de un ocaso que no termina,
una polvareda de amasijos y atronadora sentencia de muerte
que ignora el pacífico desierto de cercanas estrellas
en el silencio infinito o la belleza
ausente de este fiero aullido.
(De Sumergir el sueño)
HE SIDO
He sido lágrimas y dolor que ya no brotan.
Y, ahora, un silencio agudo araña mis tripas
para sujetarse a esta vida sin medida ni futuro.
He sido lágrimas y espasmos momentáneos
de voluntad y esfuerzo por cambiarlo todo,
por rodearlo todo con mis brazos
y gritar que no existe el miedo.
He sido, cuerpo terso y fuerte
que, ahora, ahoga suspiros innecesarios
cuando intenta levantar una mano en ademán
de reivindicar su existencia, todavía.
(inédito)
NADA
Pero ya no queda nada
y la nada se debilita con el paso de las horas,
los silencios, los susurros o los gritos de los otros.
Ya no queda nada, tras ese obús de mentiras
aderezadas con sus dioses.
El suelo se desploma sin clemencia
y olvida que, allí, amanecía vida cada jornada,
risas y gritos de niños que, ahora y siempre, yacen
entre sus polvorientos amasijos inanes.
Abismo atroz coronado por el hierro de
las últimas vigas que sobrevivieron al fuego de los otros.
Y ya, todo es silencio,
silencio como el de las noches frías
que aconsejaban acurrucarse en las camas familiares,
a la espera de cada mañana y todo su futuro.
Hoy, todo es silencio,
ya nadie ansía esa
mañana,
esa noche de camas y mantas.
Se han olvidado los sueños
con el silbido de las bombas
segundos antes de que todo
se borrara.
(inédito)
Montserrat Villar
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