El tiempo es el río al que voy a pescar,
en él he pescado
peces llenos de preguntas,
llaves que al abrirlas me han visto llorar,
antorchas que se apagaron nada más salir del agua,
mensajes de colores nacidos en la oscuridad del
lodo,
luz hueca que venía de morar lo oscuro,
ramas mecidas al viento último de un temblor de
árboles,
alas extendidas en el horizonte del despertar,
fardos de sol sin nada, nieve sucia,
raíces de pájaros, naranjas iluminadas,
gotas de rocío con un perro ladrando dentro,
lenguas rojas de los justos,
cajas llenas de gracia y primavera,
piedras de una casa hecha del humo de la felicidad,
ladrillos de un país cuya lengua no hablo
pero que siento mío,
futuros y pasados cruzados en una puerta
en la que hablan un hombre y una mujer,
nubes aventadas que un día tuvieron mi forma.
El tiempo es el río al que voy a pescar,
varias veces se ha dormido y despertado en mi bote
y jamás el agua mojó mis pies ni salí yo de su
corriente.
Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015
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