UN POEMA SOCIALDEMÓCRATA
A la mañana, temprano, con el tubo de
dentrífico
en la mano, marca blanca de un
supermercado,
pienso en el equilibrio entre la oferta
y la demanda
que dicen los clásicos empuja a la sana
competencia
entre empresas que producen bienes y
servicios,
unas que crecen al adecentarnos la
vida, otras
que desaparecen heridas por la
ineficacia.
La misma pregunta, ¿qué empresa se
hundió, qué
patrón arruinado cerró la puerta y
malvendió el local,
para que se quedara el café que
desayuno, la refinería
del gasoil del coche que conduzco,
camino del trabajo
afilada mi productividad a punto de la
jornada, qué
fábrica cerró por culpa de la que
fabricó mis zapatos viejos,
qué editorial quebró por no vender el
libro que guardo
en la mesilla para recuperar la noche.
Hermosa competencia que limpia el
horizonte del mal
y nos deja la luz de la abundancia que
deslumbra
mis gafas de sol de cadena óptica
franquiciada.
En la oficina pregunto a la silla donde
me siento,
a la mesa que llegó de una multinacional
sueca
respetuosa con el medio ambiente y los
derechos
de los trabajadores de Indonesia, a la
alfombra
que recogen quincenalmente para lavarla
a doscientos
kilómetros de distancia y volverla a
traer para pisarla
con descuido después del aguacero.
Entonces hago una llamada, y alguien
dice con la voz baja
que vuelven a despedir a otro alguien
cuando el trabajo
es el mismo, y telefonean para quejarse
de que la tarea
terminada no era la acordada, no lo
era.
Está saliendo un poema socialdemócrata.
No. Las empresas no compiten entre
ellas como dicen
los libros dominantes, compiten con sus
trabajadores,
repartiendo el mismo más trabajo entre
menos y por menos,
sólo en las
películas,
ni el cliente tiene siempre la razón,
una suerte de frase
hecha que deja de tener sentido,
alguien dice en una reunión valor
añadido y pensamos
en cobrar más por lo menos, o servicio
premium
y sabemos que en los próximos meses se
facturará algo
por algo que nadie puede hacerlo.
Nos miramos en esa verdad incómoda,
esperamos
aliviados que tarden en darse cuenta:
nadie compite
con quién puede ganarte, es más barato
hacerlo con el débil.
Por eso cuando al otro lado del
mostrador
percibo ese gesto leve de culpa en la
mirada,
unos ojos que bajan acompañando a la
palabra excelente,
del vendedor que hoy atiende, sé que
hay
tanta vergüenza como miedo, y pago sin
rechistar
el producto sin competencia.
Al darme la vuelta el empleado
suspirará aliviado,
a muchos pisos de distancia alguien
gruñirá codicioso,
un sonido metálico le hará girar la
cabeza del ordenador
encendido y un nombre o dos se librarán
de acabar
en el listado nocturno de los
perdedores del día.
LA REPRESIÓN ES COMO
LAS HEMORROIDES
«cuando un pueblo no sabe reír, se
vuelve peligroso»
Dario Fo
«la represión es como las hemorroides,
si se sufren en silencio y en soledad yo creo que duelen más»
Alfredo Remirez
A Alfredo Remirez,
(1)
La represión es como las hemorroides,
por ejemplo, “Luis se fuerte”,
la represión es como las hemorroides,
por ejemplo, “hacemos lo que podemos,
ánimo”,
y hacen una bandera, de setecientos
treinta
metros cuadrados,
lo de 12 viviendas de protección
oficial,
donde van a vivir 16 desempleados,
diez niños en riesgo de pobreza,
cuatro mujeres maltratadas,
y un policía nacional con wifi
de banda ancha, torero, soberano,
que busca “Grapo”, “euskal presoak”,
“dispersión”, represión, hemorroides,
soledad, viva franco, eso no, perdón,
que te jodan, obrero, eso no, perdón,
Otegi tiro en la nuca, Puigdemon
paredón,
eso, no, perdón, que busca cocaína,
pastillita,
“Viva España, puta”, eso, no, perdón,
busca sobre, mordida, comisión, eso no,
perdón,
busca CIE, Aluche, “mujeres
asesinadas”,
“valla Melilla”, eso no, perdón,
y una araña se pasea por sus pelotas,
porque ha olido la sangre en el
ordenador.
Pero la sangre es de un niño:
“El 2017 es el año con más niños
asesinados
por violencia de género contra sus
madres”
Y entonces escribe: .
“Un saludo a todos los hijos de la gran
puta
de los independentistas
catalanes!!”
O eso que el piloto no ha
saltado del avión
para evitar que chocase
contra una urbanización,
como si condujera un
autobús escolar, eran treinta y un
bombardeos, veintiséis
cazas(1), para cazar personas,
ochenta y ocho pilotos (2)
que se estrellan todos juntos
para no bombardear, por ejemplo,
Barcelona,
Gernika, Durango, con un
presupuesto de un millón
de euros para pagar las
zanahorias de la cabra,
el combustible de los
tanques, la manicura de la reína,
el peluquero que recorta la
barba del borbón,
“Ejemplo de todos esos
valientes que trabajan por
nuestra
seguridad. D.E.P “
La represión es como las
hemorroides
“Mirada retadora. Controla
su área de influencia
como nadie. Es el perro de
la Policía Nacional.”
“Nuevo parte médico sobre
el estado de Cayetano Rivera:
'Ha pasado la noche tranquilo
y con ligeras molestias'”
Comida para perros, torero
bueno, torero
muerto, delito de odio,
pero ¿qué es el odio,
me preguntas, corazón,
mientras dejas a tus hijos
patear el cadáver del toro
muerto en la plaza,
pero ¿qué es el odio, me
preguntas, amor,
y dejas el cubata de Larios
en la barra
y escribes: “La maricona
esta que pasaba frío
y tiritaba, hablando de
lucha armada,
hay q joderse”
pero, ¿qué es odio, me
preguntas, cielito, y
escribes, justo antes de
entrar al puti club:
“Lástima que en vez de
reventarte las piernas
no te hayan reventado la
cabeza.”
Pero, ¿qué es el odio, me
preguntas, querubín,
mientras te limpias las
manos después
de abofetear a la mujer, al
hijo, a la criada,
al inmigrante: “Pues
encomienda tu alma a Dios,
da un grito de !Viva
España!
y muere como un patriota.”
“qué pena que sigas vivo”
“ojalá te amputen, terrorista.”
La represión es como las hemorroides.
La bandera más grande del mundo se pagó
con dinero negro, la jueza que revisó
el caso,
se retrasó, mala suerte,
es que no llego, dicen que dijo
mientras
leía un twit de Alfredo, buscando gatos
al pie,
y las arañas del miedo, todas las
arañas
del miedo salen de las cloacas
buscándonos
las palabras insumisas, las palabras
hacha,
las palabras hoz, las palabras risa,
las palabras, alegría, las palabras
acompañar,
juntos, juntas,
las palabras
sin miedo
(1) «No voy a la cárcel por lo que hice o escribí,voy a
la cárcel por lo que los jueces interpretan que quería decir, y algunos no ven
el peligro» Alfredo Raminez
(2) Es el número de aviones militares nazis e
italianos fascistas que intervinieron en el bombardeo de Gernika.
(3) Es el número aproximado de militares nazis e
italianos fascistas que pilotaron los aviones anteriormente citados.
Pablo Müller. En Muturreko Ahotsak. Voces del Extremo. Loturaren Poesia / Poesía del Vínculo. Amargord Ed. 2017
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