documentos de pensamiento radical

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jueves, 15 de octubre de 2020

11 poemas de CAMINAR COMO UN ÁRBOL de PATRICIO RASCÓN


 


NIÑOS

 

Dudaba entre qué cánticos eran más bonitos,

si los de los pájaros,

por la mañana,

o los de las campanas,

al atardecer.

Llegó una algarabía de niños

y desbandó mis dudas.

 

CHARCO

A Miki

 

El planeo del águila real,

la ligereza del gamo,

la esbeltez del pino salgareño,

la levedad de la violeta...

 

pero no fue hasta el final del camino

cuando ella me reveló

el reflejo del cielo

en un charco.


PLÁTANOS

 

Desde la oficina, a través de la ventana,

estudio a los plátanos que circundan

el perímetro del ferrocarril: aprendo a viajar

con la serenidad con que lo hacen ellos.

 


FLORES

 

A Patricia y Macarena

 

No sé cómo se llaman

estas florecillas

―de color morado―

que nacen en octubre

en la linde del camino.

 

Espero que no se enfaden

si las llamo por tu nombre.


ROSAL

 

Cada mañana

al abrigo

del porche

ningún deseo;

 

tan solo,

salir al patio

y no bajar

la mirada

 

ante el rosal.


OESTE

 

Mientras marcho

en dirección a la luz crepuscular

que se filtra entre las ramas de los pinos,

de repente,

comprendo, por fin,

que voy al lugar de nuestro reencuentro.

 

Aunque también sé

que jamás volveremos

a vernos.


LUZ

 

A Marc,Thiago y Savina

 

Dicen que ya es hora de que te deje marchar;

pero ¿cómo podría ser eso posible si

siempre estuviste conmigo,

incluso antes de conocerte?

 

Me iré yo y tú seguirás aquí.

 

Hoy te he visto en las pupilas de nuestro nieto.

 

LIMONERO

 

El crimen fue

en este patio sombrío

de la nueva casa donde vivo,

con una motosierra.

 

Alguien se la tenía

jurada a la luz

y se vengó en el limonero.

 

Un tocón reseco,

de apenas medio metro,

es todo lo que queda de él.

 

(Nadie oyó nada.

Nadie vio nada.

Nadie dijo nada.)

 

Arrancaré el tocón y haré

una hoguera para que alumbre

este patio por última vez,

 

y plantaré otro limonero.


NARANJO

 

En el patio de mi casa,

mientras esparzo compost en el huerto,

le cuento al naranjo: un día que paseaba con mis perros

―cuando aún vivía en el puerto, antes de mudarme a la ciudad―

me dijo el mar: no te alejes de mí,

la tierra ata.

 

No se lo tengas en cuenta, me contesta el árbol,

también él teme quedarse solo.

 

 

PERDÓN

 

Siempre que vuelvo a Linares,

la ciudad donde nací,

hay alguien que me recuerda

que soy idéntico a mi padre.

 

Antes, cuando escuchaba eso,

me irritaba y me entristecía

a partes iguales;

 

pero ahora

que lo veo viejo

y cercano a la muerte,

me miro al espejo

 

y me digo

que ya es hora

de aprender a perdonarme.


OLIVOS

 

A Julio Lardín

 

He regresado a mi pueblo

para ver a mis padres,

pues ―viejos y enfermos―

esta puede ser la última vez

que los vea con vida.

 

Hoy he aprovechado la mañana

para recorrer la vía verde,

que transcurre entre olivares,

hasta las minas de plomo.

A la altura de Paño Pico,

un letrero aconseja

a los senderistas

que no abandonen el camino.

 

Pero yo hago caso omiso

y me adentro hasta el corazón

de los olivos

 

porque,

aunque todavía no sé bien a donde voy,

aún recuerdo de donde vengo. 

 

 

Patricio Rascón. Caminar como un árbol. Multiverso, 2020

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