TORNOS
Los pasajeros me miran con desconfianza;
Algunos se ponen nerviosos
Cuando me acerco a los tornos.
Pero no son capaces de decirme:
Déjame en paz,
Yo ya sé vigilarme solo.
***
CACERÍA
¿Qué pretendía,
Sujetando de los brazos
Por detrás,
A aquel atleta negro,
Una cuarta más alto que yo?
¿Cómo intentaba detener la explosividad del músculo,
Entrenado en el gesto relampagueante de la huida?
¿La plasticidad del salto
De quien está acostumbrado al asedio,
A confiar su vida al nervio de sus piernas?
El interventor gritaba:
¡Sujétalo fuerte!
¡Que no escape!
Aflojé a mi presa.
Odio las cacerías.
BAD MILK
¿Con esa mala leche, un salón de té?
RADIO FUTURA
En el bar
De este lugar de paso,
Todas las tardes se detiene un selecto grupo
De crédulos currantes,
Ante humeantes tazas de café,
Para arreglar el mundo.
Y,
Entre sorbo y sorbo,
Tacita a tacita,
Empapelan simpapeles,
Abortan abortistas,
Desorejan antitaurinos,
Descasan homosexuales,
Talan ecologistas,
Etc., etc.
Es nuestro pequeño Tea Party local.
Aunque sin nada de té:
Sólo café expreso
Y mucha mala leche.
***
EL CUARTO OSCURO
¡Nos tratan como a borregos,
Como a borregos!,
Clama un abuelo al salir por el torno.
Tras él viene el compañero,
Que hace el servicio de vigilancia dentro del tren
Y te dice:
No sé como me he contenido
Y no le he dado un sopapo al viejo.
Después te habla de cierto cuarto oscuro
Que hay en la estación,
Reservado para los chicos malos,
Y te pregunta que si ya lo has utilizado,
Sonriendo irónicamente.
De buena gana le dirías que sí,
Que has estado muchas veces
Encerrado dentro.
Pero le dices que no,
Que no sabes nada de ningún cuarto oscuro
Y que ni falta que te hace saberlo.
EDUCACIÓN
A María Rascón
Don José rompía palmetas en las manos de los niños;
Don Emilio les destrozaba las piernas
Con una manguera del butano;
Don Bartolomé le reventó la nariz
A la Santi contra la pizarra
Y a mí me hinchó a bofetadas por recriminárselo.
No podíamos ir con quejas a nuestros padres
Porque eran capaces de reforzar la lección
De los maestros con más golpes.
Eran tiempos en los que a la tortura se le llamaba educación
Y al miedo,
Respeto.
MANO DERECHA
A Antonio Rascón, in memoriam
Tras apartar sus ojos del periódico,
Me dice Pedro,
Uno de tantos empleados que acuden por las mañanas
A tomar café al bar de la estación:
¿Qué habría ocurrido si Franco no hubiese actuado,
Si hubiese dejado que gobernasen los comunistas?;
Y yo respondo con una de esas frases neutras
Que he aprendido a esgrimir cuando quiero salir del paso
Sin presentar batalla.
Minutos más tarde,
Mientras me debato aún entre si mi respuesta
Fue pragmática o cobarde,
Asociando ideas,
En la retina de mi memoria
Rememoro una escena difusa,
Que durante muchos años estuvo oscilando,
Y oigo la voz de mi tío que me confiesa:
Tú tendrías tres o cuatro años, tu padre puso tu mano
Sobre el tubo de escape de su moto, aún caliente,
y dijo: Para que no te arrimes y te quemes.
NIEVE
I
El minero se ahorcó
Con la cuerda de una persiana
En el porche de su casa.
Acudimos a verlo
Casi todos los niños de la barriada.
Lo mirábamos en silencio
Con respeto.
Pero hacía mucho frío
Y comenzó a nevar.
Abandonamos al muerto
Y nos fuimos a jugar con la nieve.
Era la primera vez
Que veíamos la nieve.
***
NIEVE
II
Sólo tengo 19 años,
Pero no puedo levantarme.
Estoy tirado en la acera,
Sobre la nieve,
Y no puedo levantarme.
La gente pasa de largo.
Dos colegas se detienen:
Uno me ofrece café,
El otro, un porro.
Pero lo único que necesito
Es que me ayuden a levantarme.
Lo mismo que quería
Antes de emborracharme.
TRES PALOS
Una dolencia crónica
Libró a mi mujer de algo tan abominable,
O más aún,
Que la enfermedad:
El trabajo.
Que dignifiquen esa palabra
Todo lo que quieran
Los ignorantes
Y los interesados en que la ignominia prevalezca,
Pero
El sustantivo trabajo
Viene del verbo trabajar
Y este vocablo procede
Del latín tripaliere.
Tripaliere viene de tripalium;
El tripalium era un yugo hecho con tres palos
En el que se amarraba a los esclavos;
No para cubrirlos de dignidad
Sino para azotarlos.
MANO IZQUIERDA
De pequeña,
Allá por la década de los 70,
Noni iba a un colegio de monjas.
Como era zurda,
Las hermanas le ataban esa mano
A la trincha del mandil,
Con el lazo de su coleta,
Para que escribiera con la diestra.
Cuando yo la conocí,
En el 80,
Padecía disgrafía y era ambidiestra.
La primera vez que caminamos de la mano,
Me tendió la izquierda.
BANCALES DE RODA, 1988
A los gitanos del Campo de Cartagena
Era un curro muy duro,
Pero me sentía más libre
Que en ningún otro de los que he tenido hasta ahora.
Cortaba lechugas en el campo
Y las depositaba en una plataforma
Donde las envasaban a un ritmo endemoniado.
Tenía los lumbares hechos polvo
De tanto agacharme para coger lechugas,
Pero cuando me erguía
Me regodeaba contemplando la vastedad de los bancales
Y respiraba hondo.
Mis compañeros eran gitanos.
Buena gente,
Solidaria y generosa
Con quienes lo merecían.
En aquel tiempo,
Yo era capaz de bailar gitano
Con mis botas de gitano,
Y podía arrearle una patada a un taburete
Sin romperme ni un dedo.
Era cuando me llamaban poeta
Sin haber escrito ni un poema.
PESADILLA
Abres los ojos sobresaltado:
Has soñado de nuevo que volvías a trabajar
En la fábrica en la que te robaron gran parte de tu adolescencia.
Una de tus peores pesadillas.
Tras apenas un par de segundos de desconcierto,
Te reubicas:
Estás tendido en un sillón.
Entumecido.
A tu izquierda,
Yace tu mujer en una cama articulada.
La cara,
Grisácea y afilada,
Y el escuálido brazo derecho
Cubierto de catéteres y moretones.
Resulta inútil volver a cerrar los ojos.
Imposible despertar.
Patricio Rascón. Los muertos y los dormidos. Fahrenheit 450º. 2020
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