EL
VALENCIANO
En mi
primera noche vivida en el Levante, tierra del euro,
en retiro
hacia la Aurora dice Ovidio,
forastero
que soy de mi cuna,
frente por
frente a Grecia y su legado,
una voz
temerosa me confesó el secreto
de su miedo con
cicatrices.
Un viejo
dijo en voz muy baja
mientras con
el rabillo del ojo buscaba esbirros grises
També aquesta és la teva terra, bé estaràs.
Me senté junto al
taburete del bar sin luces,
le invité a una cerveza rubia como mi
acompañante
la rusa
fugitiva o la vikinga sin piel ni frío
y dije:
Conozco de
tu tierra a Ausiàs March
Qui no és trist, de
mos dictats no cur,
cantor de
hembras reales no Beatrices ni Lauras,
y a su
cuñado el duelista Martorell inmenso
creador de
la primera novela del mundo,
ells mostren
tenir temor de nosaltres
y recuerda nosaltres tal como
creo que debe.
El viejo
sonrió.
No nos
descendieron del cielo lenguas de fuego ardiente,
ni la Tierra
menguó ni hubo fronteras,
ni importó ni un bostezo hacer calor o frío.
Era una
tarde en Ruzafa, Valencia, España,
Europa,
el Mundo.
Relojes
daban horas diferentes
pero el Sol
era el mismo.
CVII
TODO EN
ORDEN
La golondrina
tiene memoria de elefante
y ha
regresado alegre con ganas de trabajar,
la tórtola rehace el nido deshecho de
su madre
y el gato se
ha salvado,
llueve lo
necesario,
todo está perfecto y
en orden muy correcto,
y encima hoy
no sé qué día
puede ser
este día en el que todo está en orden
decoroso
y no hace
falta señalarlo en el calendario
con colores.
Todo está bien.
El perro ya
está bien de su
pata rota en dos
y el libre
gorrión vuela muy bien,
el amigo está bien
de su
tristeza de la novia huida con otro,
la familia
está bien de su
falta de noticias,
el jardín que se secaba se ha mojado y está bien,
los libros
que he cerrado están muy bien,
los abiertos
están bien también,
la librería que esconde lo que llega de ultramar funciona
bien,
el
periodista de la puerta de enfrente duerme ahora
y está bien,
el portero
reparte las cartas de los requerimientos
y está bien,
el ficus
verde de la entrada está muy bien,
el comedor
de la plaza a tres calles está bien,
la
ensaladilla nacional vuelve a llamarse rusa y está bien,
los árboles del jardín de la
alameda se han curado
y están bien,
la estatua
del fusilado en su guerra está muy bien,
los coches
son 600 y alguno 1200 pero circulan bien,
la radio
lanza noticias de que todo está bien,
el lápiz de dos puntas está bien
y marca azul
o rojo pero colorado suena bien,
el cuaderno
de notas está bien,
mi rodilla
hoy está tirando a
bien,
mi ojo que
no descansa busca ninfas lejanas y ve bien,
las macetas de
geranios están bien,
el vino
tinto o blanco y la cerveza con lúpulo están bien,
la horchata
sabe bien,
las paredes
blanqueadas con estuco están bien,
los cuadros
parecen feos pero están bien,
la nuca
dolorida hoy está bien,
las manos
con las uñas astilladas están bien,
el corazón descansado late bien,
el hígado está bien,
los
isquiotibiales y las glándulas de Cowper están bien,
el
esternocleidomastoideo gira bien,
el pene
predispuesto sigue logarítmicamente muy bien,
el esperma
está bien,
los orgasmos
incomensurablemente misteriosos están bien,
el termómetro marca una cifra bien,
los
ventanales están bien,
el suelo
limpio y fresco se mantiene bien,
el espejo de
los reproches está bien,
el agua sabe
bien,
las cajas
con las hostias panaderas llegan bien,
la vecina del
balcón de al lado está mejor que
bien,
los titulares
de la prensa están muy bien,
los mineros
regresan a la mina bien,
el
superbombardero atómico no está dañado bien,
el verdugo
ha cumplido la sentencia bien
porque el
garrote vil funcionó bien,
los veinte
obispos juntos cantaron la misa bien,
los señores
marqueses se confesaron bien,
el notario
certificó las hipotecas bien,
las fábricas de armamento han trabajado bien,
el
gobernador civil de la provincia ha sesteado bien,
el desfile con música y con cabra estuvo bien,
los niños de
la escuela están todos muy bien,
tres por
siete veintiuno está bastante
bien,
España una,
grande y libre está siempre muy
bien,
la raza
tiene fiesta y eso es mejor que bien,
la esposa
plancha la camisa nueva y es por hacer bien
con la pata
quebrada y en la casa como supremo bien,
la cárcel está llena pero bien
y la calle
vaciada de protestas, cosa bien,
los
estudiantes son solo estudiantillos con corbata bien,
hasta el
aire huele a incienso suficientemente bien.
¡Qué afortunado
tiempo bien!
¡Qué donaire en
los cuerpos, qué alegría el estar bien!
Repican cien
campanas,
todo bien.
Amemos si
podemos y si no también.
CVIII
POESÍA EN
TIEMPOS DE GRISES
Estuviste
atada una mañana a mí por ir a comprar libros
en Studio
y una tarde
por correr
detrás de mí, que caminaba como un inocente
—si es
posible ser inocente
en una
España de miedos—,
y fuiste
novia una noche hasta la madrugada
porque a las
seis te esperaba un tren.
¡Qué truenos hubo
qué tormenta que
limpió las calles de verdugos!
Nos
encerramos para comparar tus libros con los míos,
Madame Bobary contra mi Blancanieves,
Rayuela de Cortázar contra La campana de
cristal de Plath,
La
peste contra Los Cantos,
y dijiste
que no te gusta leer poesía.
A mí tampoco, te acepté
como un
alacrán enamorado de repente
de la rana,
y te desnudé como
desnudan los cofrades
a la virgen,
aunque tu
tronco era más bello y tus caderas no eran
candelero
de madera
carcoma de mañana.
Te hice el
amor, que es frase, no otra cosa,
el amor no
se hace, se concede,
y cuando se
da siempre tiene recompensa.
Y vi tus
curvas,
ondas de
juventud,
olas de
vientre, senderos hacia abismos,
y era tu
abismo
eso,
poema.
¿Existe algo
más bello que este calor de
invierno
y esta
lluvia
y nuestro
burlar silbatos de los grises
y estar
ahora contigo oyendo el viento?
preguntaste.
Poesía es entonces esto,
y eres tú, me dijiste, no hace falta
leerla.
A ELLA
Le he dado
mi corazón a una mujer lejana.
Se pondría en mis manos. ¿Quién lo hubiera
creído?
Entre la
huerta verde, una amapola
nace
solitaria como un sueño escondido.
Tantas
muchachas bellas como junto a mí rondan
no tuvieron
virtud para darme consuelo
como lo da
el ensueño, porque el hombre no llora
con ojos,
llora el sexo, y es triste llorar solo.
Que se
enteren por fin las amantes y amigas:
Este de aquí
no es ángel ni es promesa ni es hoy.
Si tenían de mí una imagen ficticia,
es un
retrato fiel el que ahora les ofrezco.
Me enamoré sin ver y
sin besar siquiera
de una mujer
de carne que comprendió mi arrullo,
y que se
llama con nombre de primera
en mi
alfabeto de aclarar las cosas.
No quiero más ficciones en torno de mi vida.
El carnaval
duró ya mucho tiempo.
Como sé que os angustia
que os enseñe la
herida,
será mejor coger la roja flor para mí solo.
CXXXIII
OLVIDO
La casa ya
olvidada
es en
realidad ventana ya olvidada,
pared
verdosa verde,
colchón sobre un suelo con hormigas
olvidadas.
Ya olvidado
tu rostro,
tu sonrisa
olvidada,
la palabra
olvidada,
sólo me queda un olor en el pecho,
el contacto
de tus desnudos senos
olvidados.
CXLI
VIRUS
A lo mejor
el amor es un virus,
un sarampión de la edad joven,
una fiebre
terciana, una epidemia
que de
repente ataca al indefenso.
Te coge de
improviso y te inmuniza
mientras está la otra,
contra otras,
infiel
cuentalatidos
que mide las
cabriolas
del corazón dañado por toxinas.
No hay
medicina excepto beber sangre,
quiero decir
beberla,
a ella, su
contagio, remedio sin sentido,
la infección es la cura al mismo tiempo,
como todo lo
mágico en la vida.
CLXXXI
HUELVA
Allá en Huelva,
que está en el mapa
como de plata,
cerca de África,
todo es
pequeño,
no vale nada
quererla
cerca
de los que
mandan
ni de los
dioses,
es tierra
plana
de
pensamiento
y de
esperanza,
mira a su
ombligo
y a vírgenes blancas,
tan sólo sueña
con fiestas
rancias
con
procesiones
y muchas
santas,
tierra de
cirios
llena de estampas,
tierra de moros
en la mudanza,
desgañitada
la gente canta
salves y
ofrendas
a estatuas mancas
que no dan
pan
ni cumplen
nada
y la gente
muere
por
transportarlas
hartos de ocio
con
confianza
y con
esperanza,
apasionados
no saben nada
de la venida
ni la llegada
de sus
figuras
de porcelana,
bochorno
absurdo
de quien les
habla,
¿pero usted
sabe
ni lo que
canta?,
aquí gobierna
la Virgen Blanca,
calle la
boca si usted no sabe
que el pobre adora
ver en muñecas
tantas
alhajas,
cierre la boca si usted no quiere
que salgan
vivas
muchas
navajas,
tierra de imágenes,
diosas sin mácula,
pena de
tierra
sin ya
esperanza.
¡qué Huelva pobre
de inopia y danza!
CXCIII
PARA DESPUÉS
Tenemos toda
la eternidad para no ser,
venimos de
una eternidad en la que nunca fuimos,
la vida es
un minúsculo paréntesis,
tan breve
que dentro de nuestro desatino
de pretender
ser algo, confundimos
nada y paraíso, anamnesis absurda del no ser.
Esto son poemas escritos desde las entrañas,
ResponderEliminarPoemas desesperanzados llenos de esperanza,
Poesía que cuenta cosas ciertas
y habla de sentimientos francos;
No podría ser de otra manera.
¡Qué belleza tiene esa franqueza en minúsculas!
¡Cuánto tuvo que doler
no poder dar rienda suelta a las palabras...!
Ahora... Ahora seguimos sin ser libres,
Porque la Libertad la otorgan las propias entrañas
Y es como un tren
Sin caminos ni rieles,
Con una sola dirección:
El propio corazón,
El alma propia.
A mi padre, que me enseñó tanto acerca de la Verdad.
I.S.M