EN LOS OJOS DE MI PADRE
En la habitación de mi madre
sobre el cabezal de su cama,
cuelga en la pared un cuadro
con la foto de mis padres.
De niño cuando cometía
una fechoría imperdonable,
iba a hablar con mi padre,
me miraba en sus ojos.
Le pedía el temple
y la fuerza de carácter,
la vergüenza necesaria
para seguir mirándole.
ANTE EL PODER
Ante el poder
Me levanto
Y tomo la palabra
Ante el débil
Me inclino
Y bajo la mirada.
ME GUSTA LA GENTE
Me gusta la gente noble y sencilla
que ama a propios y a extraños
sin prejuicios de ninguna clase.
Me gusta la gente que ama la vida,
y ama sin miedo al qué dirán
sus ilustrísimas y necias señorías.
Me gusta la gente que lucha y trabaja,
que defiende su pan, su casa y su tierra,
con uñas y dientes, con sangre y alma.
Me gusta la gente que duda de todo,
de lo indudable y de sí misma,
y aun en la duda se mueve y actúa.
Me gusta la gente libre y responsable,
flexible e indomable que habla y escucha,
atiende a las razones y piensa en los demás.
Me gusta la gente que te da la mano,
que abre la puerta e invita a su mesa,
que a nadie juzga ni condena.
Me gusta la gente que no se esconde,
valiente y cobarde, frágil y resistente,
que se la juega y es prudente.
Me gusta la gente joven y adulta
que levanta la cara y mirando de frente
le dice al Mandamás ¡No! ¡Nunca! ¡Jamás!!
EL ÚLTIMO DE LA CLASE
No temo salir a la calle,
ir delante del viento
y llamar a una puerta,
presentarme desnudo
y ofrecer a quien abra
lo único que tengo,
cerezas y flores,
globos y cromos,
amor y versos.
No temo ser el payaso,
el último en hablar,
el tonto de la clase.
EN SAINT MICHEL
En Saint Michel, sentado ante el Sena,
una silla vacía y un café te esperan.
Sin tu compañía, está solo y se enfría.
Olivier Herrera. Esther, un sueño de amor. Edicions Terra i Memòria. 4ª Ed. 2019
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