cuenco
de la amistad:
a veces
cuando bebo
me
olvido del yo
cuenco
de la amistad:
a veces
cuando bebo
no bebo
nada
***
ateridos
en la caída
sin saber
salir de su zanja
con las
hebras de la muerte
enturbiándonos
la boca
enmoheciendo
su sonido
el nombre
que elegimos
para caer
para
permanecer en la caída
***
nada de error en el latido:
dice lo que tiene que decir
y cada vez es una palabra distinta
***
Habla como un agua doliente
con palabras embalsamadas
en espesuras romas y antiguas.
Desliza jeroglíficos con sus ojos tristes
mientras tropieza una y otra vez
con el principio de la historia.
Es un acordeón de sonidos
y nadie se pone de acuerdo
para imponer un significado.
A la hora de escribir dicha
emborrona espada
intenta escalera
y le salen odios.
Al agua doliente le molesta la saliva
y ésta nunca supo hacerse valer
ni dosificar su alarma.
A la hora del agua doliente
la cita con el habla
queda descosida del entendimiento.
***
“Dictar entre mi Yo y yo una orden
de alejamiento
mientras dure la mudanza”
(Ana
Rossetti)
ajena mi boca a la palabra tuya
hecha a tu imagen y semejanza.
Faltan, pues, los verbos que me
recorran,
los nombres que me sean,
los adjetivos que me dilaten.
Que dibuje mi boca
la forma de sí misma
y que sea lo que dios quiera
***
¿qué es la poesía
y quién la dice?
O
¿quién es la poesía
y qué la dice?
Entre tantos senderos abiertos
la poesía camina tranquila,
esquiva dudas y certezas,
disfruta del paseo
y canta
***
palabra es profanación
hurto al silencio
quimera del yo
***
“Una soledad demasiado ruidosa”
Bohumil
Hrabal
ves tu eco
en los anillos del árbol
que cortaste
y te das cuenta
de todo el tiempo
pasado en el silencio ruidoso
de tu soledad
lo que tiene el coraje
de decirse a sí mismo
hay que escucharlo
con la atención que ponemos
en la plegaria
Eva Hiernaux. Desdecir. Ed. Contrabando, 2018
Ayudar a salir de la trampa del 'yo', tal vez sea esa la principal virtud de la bebida... y de la poesía.
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