ASAMBLEA EXTRAORDINARIA DE BOSQUES
Esa sensación de que en los bosques,
cuanto existe y sucede
encubre,
cómplice,
un secreto,
algo clandestino que quizá
nuestro cerebro de mono engreído
olvidó en su desarraigo,
esa sensación de que los árboles
se hablan por lo bajinis
y están compinchados con los helechos,
¿la tuviste?
Era cierta.
Lo demuestra la científica Suzanne Simard.
Tierra abajo, los bosques cooperan.
Lo hacen de manera ejemplar. Conectados
por un tejemaneje de micelios
intercambian experiencias,
hablan en la lengua del carbono,
del fósforo o del nitrógeno.
El roble viejo ayuda al roble joven
sin despreciar de camino al castaño
ni al boletus ni a la ortiga.
Todo el bosque unido
en la tarea de subsistir.
Es normal que, de un tiempo a esta parte,
los bosques anden mosqueados.
No sepan a qué atenerse.
Porque el mono engreído
ha vuelto,
motosierra en mano,
y no hace más que talar y talar
y traerse amiguitos exóticos
con los consiguientes problemas de adaptación.
Y empiezan a estar hartos.
Me ha comentado una falsa
acacia
que bajo tierra se barrunta
una gran revolución.
Se ha convocado la Asamblea
Extraordinaria de Bosques.
Alisos, espinos, nemorosas
y amanitas de todo el mundo
debaten si aliarse
con terremotos y huracanes.
Toda la tierra unida
contra el mono engreído.
Toda la tierra unida
en la tarea de subsistir.
POEMA DE PLÁSTICO
Este poema es un problema
inbiodegradable,
biodesagradable.
Se caga en la mar salada.
Este es un poema de plástico.
En su interior,
tomo notas:
El 70% del oxígeno que respiramos
procede de las plantas marinas.
Los océanos absorben hasta el 30%
de nuestros malos humos.
Buscamos vida en Marte
y escupimos, cada año,
150 millones de toneladas de plástico
en el agua que nos acoge.
Ya, más que isla es continente.
4 de cada 5 objetos hundidos en el mar
fueron basura en tierra.
El 90% de las aves del mundo
son bolsas con alas.
Elefantes, osos y leones marinos
mueren estrangulados.
690 especies agonizan
víctimas de su veneno.
Se calcula que en 2050
habrá más plástico que peces
en los océanos.
¿Y después de esto qué?
Pues nada. Ya lo dije.
Este es un poema de plástico.
A ver dónde lo tiras.
LO QUE DIGO
Lo que digo es gorrión
y me colmo de ramas.
Lo que digo es martes
como pasan los trenes.
Lo que digo es avión
para no gritar lejos.
Lo que digo es nadie
si me cubro de niebla.
Lo que digo es noche
y se llena mi copa.
Lo que digo es luna
en lugar de pasado.
Lo que digo es tejados
y me vale silencio.
Lo que digo es abrazo
cuando digo presente.
Lo que digo es lunes
del color de las ratas.
Lo que digo es patera
por desinflar tu sonrisa.
Lo que digo es amor
y mi sobra se estrecha.
Lo que digo es rojo
por no decir miedo.
Lo que digo es verde
porque sueño delfines.
Lo que digo es absurdo
cuando mientras ahora.
Lo que digo es lluvia
y es igual a semilla.
Lo que digo es todo
como se deben las gracias.
A veces me sucede que no me pasa nada.
GLORIA FUERTES
A VECES ME SUCEDE
A veces me sucede
que no me pasa nada.
Por no pasar, ni el rojo
de los semáforos.
Los abrazos, los relojes, el viento,
todo fuera de servicio.
Y por eso, como mucho,
opino lo que las piedras
cuando se hace de noche.
Otras,
en cambio, me sucede
que me pasan cigüeñas,
que me pasan desahucios, servilleteros
y opino lo que las nubes,
opino
lo que los puños,
igual que los girasoles
cuando se hace de día.
El mundo y yo resucitamos
mientras tú nos pasas.
LA TRANSICIÓN
En la transición se pensaba
que la democracia era tierra prometida.
Me dijeron
que hasta Mercedes Milá
apuntaba maneras.
Todo se esfumó
por arte
de Gran Hermano.
“La vida es eso que pasa mientras estás empantallado”
Jorge Riechmann
TELEINCOMUNICACIÓN
En el vagón del metro,
de ocho, siete
ensimismados con su smartphone.
Suena el mío
y no cojo.
Por si a alguno de ellos
le pasara algo.
Ritxi Poo. El silencio de los petirrojos. A Fortiori, Ed. 2019.
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