Endeudarse
hasta el hueso con los plazos
estampar tus
firmas en los préstamos:
cualquier cosa,
con tal de poseer
porque aquel
objeto lo tienes que tener
debe ser tu bien –
te lo han
metido en la cabeza:
lo necesitas
para sentirte vivo
no te puede
faltar:
y es ésta tu
esencia,
la marca del pecado original.
Estás enfermo,
drogado, dependiente.
Tienes el
síndrome de compra compulsiva.
Compras para
estar bien
con la
consciencia a punto.
Mientras las
tijeras aumentan la apertura:
los pobres
cada vez más marginados
los ricos cada
vez más indecentes,
mientras los
“bárbaros” presionan las fronteras
cada vez más
rabiosos e impacientes
de mirarnos a
nosotros que comemos
por cuatro,
nosotros que tiramos el pan –
y hay pocos en
la mesa con honor.
¿Qué Baluba o
Tutsi o Hutu
o desesperado
hijo de la tierra
desde qué
cruce
desde qué rojo
de semáforo en espera
con un
mendrugo de pan
con su
escupitajo de rabia y amor
limpiará el
cristal del cielo
de las
podridas infamias del simio
edulcorado de
Occidente?
Un hombre es
un hombre
bajo cualquier
cielo
porque todo
cielo es
el Cielo
y todo hombre es
el Hombre.
Vosotros lo
sabéis, deshumanizados
despreciables,
horribles sinvergüenzas,
pero seguís
fingiendo
que esto no
existe
que no es
nada…..
¿Dónde está, dónde está
que la
crónica de los días se hace historia,
dónde que el individuo se hace gente:
por qué no
vale nada?
Política, ¿qué te has
hecho?
cubo de basura
repugnante de impostura.
Oficio de poder y
beneficio
a su propio juego
dirigido,
y no al bien
comunitario.
¿Donde está la pasión
cívica
el verdadero sentido
del pueblo?
¿Dónde está la
educación, la cultura
el respeto de los
otros, de sí mismos?
La conciencia ética de
un Calamandrei[1] ...
¿Dónde estás, hombre,
dónde estás?
¿Dónde está la Roma de
tus ojos?
Aquí tienes a la ramera gorda y zafia,
la gran
Babilonia-prostituta.
¡Mira los salones de
la in-mundanidad!
¡Escucha qué se dice!
Congregaciones de
escritores y fritos variados
que transpiran poder
por cada poro
los lacayos más
serviles del Poder
las moscas enmerdadas
y los mosquitos:
¡intelectualidad,
sociedad, representatividad!
Sesantayochistas
reciclados periodistas
incondicionales falsos combativos
ejecutivos rampantes y empresarios
recaderos a sueldo
aduladores
reconocidos barones
académicos
(ceño fruncido cuando
pintan bastos)
turbamulta de
ayudantes besaculos
cardenales malcarados
con gran pompa
imitadores, seguidores
y paparazzi
realizadores
directores y presentadores
ratas de alcantarilla
y despampanantes ratas
modelos que cruzan
musloslargos
atentas a las camas adecuadas
y a los tipos
convenientes a ensartar,
y en todas partes
tabaco y cocaína.
Fue un gran error
hacer el mundo
y sobre todo dejarlo
en manos de los hombres.
Marco Onofrio. Emporium (poemilla de la indignación civil). Edición bilingüe de Soledad Soler y Bernardo Santos. Luces de Gálibo, poesía. 2019
"Mi abuelo había visto bien el mundo: como una cloaca, en la que se desarrollaban las formas más hermosas y complicadas, si se miraba el tiempo suficiente, si se abandonaba la vista a aquella perseverancia microscópica. La cloaca tenía dispuestas las bellezas de la Naturaleza para la mirada aguda, para la mirada revolucionaria. Pero seguía siendo una cloaca. Y quien la mira mucho tiempo, la mira durante decenios, se fatiga y muere y/o se precipita en ella de cabeza. La Naturaleza era la que él clasificaba como cruel, los hombres los por él descritos como desesperados y viles. Yo estaba buscando siempre pruebas que contradijeran sus opiniones, en ese punto, desde ese ángulo podré desautorizarlo, había pensado, pero no, siempre tenía sólo en mi cabeza la confirmación".
ResponderEliminarThomas Bernhard, "El frío".