SU
VICTORIA
Sepultarnos
en la tristeza de la docilidad,
en
el vuelo de sabernos incapaces
de
verter en los engranajes arena.
Apesadumbrarnos
de rutinaria obediencia.
Construirnos
callejones a pesar de encontrarnos
en
medio de las plazas.
Colocar
a los bosques, a los pájaros, a los mares
como
enemigos.
Continuar
amamantándonos con dominación
porque
respiramos su tabla de nutrientes.
Espinarnos
el tacto.
Embalsarnos
la mirada.
Deshilachar
el diálogo, practicar sangrías
en
los nudos y en los abrazos.
Deglutir
la mansedumbre y vivir la rabia
como
un hipo que nos atraganta.
Conducir
el horizonte de promesa electoral a
anuncio
publicitario, de
remedio
tecnológico a remanso místico.
Y,
a pesar de todo, hacernos creer libres.
**
Sólo un lugar
en
donde pueda escucharse a los pájaros
debería
considerarse habitable.
Alberto García-Teresa. El áspero dolor de la esperanza. Lastura Ed. 2025
Collage de Josep Renau
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