Os
propongo:
darnos
la mano a la vista de todos,
tomar
la senda de lo desconocido,
andar
bajo la lluvia,
regarnos,
empaparnos,
insultar
al sol hasta avergonzarlo.
Buscar
juntas los templos de los socavadores,
habitarlos,
poblarlos
de poesía,
hasta
que los versos salgan por puertas y ventanas
encaramándose
por las columnas,
cubriendo
los techos,
extendiendo
sus estrofas por los campos circundantes.
Os
propongo:
darnos
la mano a la vista de todos,
tocar
los tambores de ritmos arcanos,
que
retumben los muros de todas las casas
y
con nuevas notas hacer la canción
que
atraiga la lluvia,
insultar
al sol hasta avergonzarlo,
invocar
los signos herméticos
para
propiciar el trigo con las manos sembrado.
Os
propongo:
darnos
la mano a la vista de todos,
reptar
por el suelo como los gusanos,
ver
crecer los lirios con el justo abono,
limpiar
la maleza,
regar
cada bulbo con el agua cabal,
esperar
el otoño hasta verlos partir
entre
el rechinar de dientes de los viejos palacios.
Os
propongo:
darnos
la mano a la vista de todos,
buscar
nuevos pastos en cada estación,
abrumar
a las playas
contando
tan solo los granos de sal,
en
medio del mar excavar un pozo
que
devore distingos y lo no compartido.
Plantar
un remolino entre las nubes
que
devuelva del pozo
tan
solo mujeres
para
un nuevo mundo.
Os
propongo:
insultar
al sol hasta avergonzarlo,
tomar
la senda de lo desconocido,
machacar
caracoles con los pies desnudos,
cometer
incesto,
llamarnos
hermanas,
tomar
los palacios,
sembrar
nuevos lirios,
excavar
mil pozos,
crear
remolinos,
entonar
nuevos cantos,
habitar
los templos,
y
hacer el amor a la vista de todos.
Isaac Alonso Araque. La reina púrpura. Huerga & Fierro Ed, 2016
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
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