“Qué nombre darle al que aquí acude, al que es igual
y no es igual a quién.”
José Ángel Valente
Sucede,
una ventana sucede,
un
espejo en la estancia sucede,
un
rostro que elude una mirada:
se
enfrenta a la bestia, no quiere ver.
La
luz inefable de unos ojos.
Una
estancia permanece,
un
error hiere la memoria.
Un
hombre llora quedo
incapaz
de encajar la imagen,
la
suya, la de ella.
Un
hombre equivocado arrastra un secreto.
Le
persigue un aroma irrepetible -llave eterna
y
perfume de la puerta del éxtasis-
ahuyentado
por el miedo a morir de amor.
Un
bálsamo imposible, un tiempo pasado,
conjunción
estelar. Un saber
que
no volverá aquella ventana,
aquel
espejo, aquel amor, aquel espejo.
Un
hombre huye ante el reflejo,
encuentra
una imagen, una herida
que
no puede, que no quiere ver,
un
hombre se ve solo ante el espejo,
Un
hombre decrecido. Una enorme sed.
Teresa Ramos. Cierta belleza. 2020
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Sugerente el hombre solo.
ResponderEliminarAbrazo