COMO UNA HABITACIÓN HERMÉTICAMENTE CERRADA
Acudes
a la cita a la hora exacta
de
encender la noche,
el
mundo es tu perfil.
Llegan
furiosas olas de luna
en
batallas de titanes solitarios
entre
mis sábanas.
La
amanecida viene aquietando
el
viento de mi memoria febril.
Me
abraza las entrañas el café.
En
los campos de cerezos,
la
fruta exultante exhibe su color.
Todo
es promesa en las cestas
de
la dulzura. Es el día asueto
del
retorno al lecho insomne.
De
lanzar de nuevo una promesa,
esta
trama sería otra, mas sólo hay azogue,
cuarto
menguante, silencio y palabras
de
amor que escuecen en mi herida.
Acuden
a buscarme aquellas noches
que
disparan al centro de mi pecho
como una habitación herméticamente cerrada.
“Nosotros somos los que
golpeamos el cobre del cielo,
golpeamos el cielo para que excave caminos
después de nosotros.”
Mahmud
Darwish
Aquí
se acaba la migración de los pájaros
y
las tejas rotas lloran su desaparición.
¿Cómo
puede alguien borrar su ruta?
Aquí
se acaba la migración de los pájaros,
dijiste,
y mis alas desprendieron partículas
de
óxido.
Aquí
se acaba la migración de los pájaros,
y
mi mente surcó territorios insondables.
Aquí
se acaba la emigración de los pájaros
y
echaste sobre tu conciencia un arsenal
de
flores rotas.
De
ti llegaba un perfume a inframundo,
un
dolor de corazón sin sangre,
una
estrella apagada, un cielo muerto.
Amputado
el vuelo, un sueño de plumas
convertido
en prenda abriga tu vejez.
VUELO
El sueño surcado por una
bandada de golondrinas
encuentra el secreto de la
composición del aire.
El pan de los pobres sigue
siendo caro, las aves
ignoran su precio y vuelan
regias.
Los días azules seguirán tan
azules como siempre.
Algún día gritaré ya no te
necesito, yo fui pequeña,
ya no soy joven, aspiro a ser
mayor.
Cuando veo caer las hojas,
miro desvanecerse
los años, despedazadas las
ilusiones y conjuros
y con ellos la escisión y el
miedo.
Jugó el tiempo los dados del
amor y su pérdida.
Cuando llegue la hora de
abandonar el insomnio,
cuando caiga en los brazos de
la noche,
todo habrá tenido sentido,
quedará la huella
de los poemas que nos
escribimos.
Quedará la poesía como testigo
de aquella epifanía,
tu poesía y la mía: ruta
inaudita colmada de sombras,
aves y luz.
Teresa Ramos. Cierta belleza. 2020
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