vueltas impares tejen del derecho con 10 años mi madre me apuntó a un taller de punto vueltas impares tejen del revés se impartía en una tienda junto a la nuestra todas las mujeres que allí acudían pues todas eran mujeres superaban los 20 años uno del derecho uno del revés fue mi primer contacto con la mujer como concepto como colectivo aunque mi madre me adoraba tal como era no podía soportar mi aspecto hombruno así lo llamaba ella y así hasta acabar todas las vueltas punto musgo punto liso punto bobo de tantas vueltas acabé confundiendo el derecho con el revés las espigas con las olas duré tres clases una noche de navidad mi tía me llamó marimacho nunca había visto a mi madre tan enfadada tan defendiéndome años antes en esa misma habitación estuve a punto de atragantarme con una peseta que luego apareció ensangrentada en el bolsillo de mi peto vaquero yo la seguía notando atravesada en la garganta aún sigue ahí hay entre estos dos pespuntes un punto abeja que no acabo de tejer algo más mayor mi pobre madre llegó a la conclusión de que no era una cuestión de género sino de sociabilidad y me apuntó a los scouts me metieron en el grupo de los lobeznos en las marchas a la montaña a paso de soldado yo me entretenía con las mariposas en las gymkanas hacía trampas y ganaba trofeos para luego devolverlos por tramposa me autoinculpaba no soportaba las letrinas ni mear en el campo así que cuando necesitaba mear me caía a las fuentes a las albercas al río era invierno
***
el día en que aprendiste, mi hijo,
lo que era un fusil de asalto,
17 adolescentes morían en eeuu
a manos de un compañero
17 madres se quedaron sin parque
tú lo usas para matar zombis
desde la torreta del parque de la vega
anochece.
un parque de noche es propicio
para la ensoñación
es la hora en la que las madres nos tiramos por el tobogán
y llegamos a la luna en columpio
(¡hasta la luna! ¡hasta la luna!)
jugamos a matar zombis
lanzándoles dardos con barquillos de chocolate
lo del fusil de asalto, mi hijo, te dije, no nos sirve
los zombis se reirían de nosotros
a los zombis los detectas fácilmente:
pasean perros, corren enfundados en chándal, duermen bebés mientras hablan por el móvil
los fusiles de asalto los llevan ellos
nosotros, mi hijo, barquillos de chocolate
pompas de jabón
escupitajos de mentirijillas
eso es letal para los zombis
(¡hasta la luna! ¡hasta la luna!)
somos invisibles
en esta soledad de parque nocturno
duendes que descienden de las sombras
de los árboles cuando los árboles desaparecen
jugar en un parque nocturno
es como nadar en una piscina vacía
recorrer una ciudad arruinada
bajo nuestro propio fuego
jugar en un parque bajo la luna
me recuerda a siria, mi hijo, te dije
a siria y a tus zombis
tus barquillos de chocolate, tu fusil de asalto
tu cuerpo de niño varado en la playa
(¡hasta la luna! ¡hasta la luna!)
jugar en un parque al anochecer
cuando las familias bañan a sus hijos, pasean a sus mascotas, hacen la cena
te hace consciente
de la inconmensurable belleza del hijo bueno
de la inconmensurable lejanía de la luna
de lo poco que vale la vida, mi hijo
Alicia Es. Martínez Juan. Vueltas impares tejen del revés. El petit editor (2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario