Por la ventana,
en la tarde de este invierno
miro pájaros que me recuerdan mi dolor por ti.
El mar,
tu pijama de la casa,
y tus caderas, que parirán robustos peces,
os volvéis
un dolor ancho, como oscuros tus ojos,
y el enigma se cierra por un doble horizonte de labios.
No sé si volveré en mí
y habitaré la casa, nuevamente.
Sumergido,
intento guardar esta imagen, tuya, para siempre.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Ruleta Rusa, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario