Fallece
en hora incierta
ante
mis ojos incrédulos
de
enfermero de suicidios,
herido
de vida y mordido
por
la rabia del tiempo,
amor
demasiado joven
que
muere de viejo
prematuramente.
Parece
una
sombra, un dibujo
mal
hecho. Certifican
su
muerte dos médicos
enmudecidos.
Yace
su cadáver
congelado
junto al mío,
en
apariencia
una
mujer dormida,
en
realidad
una
asesina de sí misma.
Desnuda
batalla que perdimos tan lejos.
Javier Gallego Crudo. Abolición de la pena de muerte. Ed. Arrebato. Madríd, 2013
Javier Gallego Crudo. Abolición de la pena de muerte. Ed. Arrebato. Madríd, 2013
Es
ella y no es su cuerpo.
Es
su cuerpo y ya no es bello.
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