Cada vez que una junta de accionistas decide unos cuantos despidos injustos podría encontrarse con cuatro mil núcleos tocándole los huevos. La solidaridad no tiene nada que ver con un anuncio de cuentas corrientes para comprarles juguetes a los niños de África. La solidaridad es la potencia de este bando y el desconcierto del bando enemigo. Porque si a los despidos de Seat sólo les apoyan los familiares de los despedidos de Seat hay poco que hacer. Pero si a los despedidos de Seat les apoyan seis mil núcleos de Barcelona, núcleos de estudiantes, de teleoperadores, de trabajadores del metal, de precarios, joder, entonces los de la junta de accionistas no saben a dónde mirar. La solidaridad es lo que más les desconcierta.
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no decimos nada porque cuando contamos que tenemos un problema nunca nos responden que puede haber una salida política, nos dicen que respiremos hondo o que vayamos al psicólogo.
Fernando Díaz. Panfleto para seguir viviendo. Ed. La oveja roja, 2015
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