Ese año, la vieja piel de toro
que dicen parece España
era un lacito azul de raso.
El Estado catódico
lanzaba las consignas pertinentes
y la calle,
día tras día,
se llenaba de gente
en cívica señal de protesta.
Recuerdo, especialmente,
a una señora de Cádiz
agitando una pancarta
en la que podía leerse
LIBERTAD PARA ORTEGA CANO
y por una vez
me alegré de aquel gesto
de espontánea solidaridad
para con el diestro
tantos años
secuestrado.
google 2619
ResponderEliminargoogle 2620
google 2621
google 2622
google 2623
google 2624