Te pido que me ayudes, que actúes,
no pienses ahora en flores amarillas muy altas,
pero te miro y veo
flores amarillas muy altas.
Me pides más palabras que te digan que no estás sola.
¡Qué tiempos estos en los que hay que cantar lo evidente!,
como si no prefiriera que mi mensaje tomara la forma
de una casa antigua en un valle
sobre la ladera
y humo en la chimenea,
y decirte allí
que no me rozan los hombres del mundo,
que mi corazón se confunde con los cantos del río,
que ya no sufro,
y la vacas se recortan en los prados como manchas de tinta
y el cielo tiene la forma de un papel de arroz de Okusay
y en la carretera, sobre el cartel de población, han escrito con spray
“A SANFINS A UMA FESTA”.
Te pido que me ayudes, que actúes,
no pienses ahora en flores amarillas muy altas,
y, sin moverme,
ver en tus ojos
flores amarillas muy altas.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Ruleta rusa, 2017
Fotografía de Carmen Lourdes Fdez. de Soto
No hay comentarios:
Publicar un comentario