LLUVIA
DE ESTRELLAS
No
son astros, sino restos
diseminados
por un cometa a lo largo de su órbita.
¿Crees
poder alimentar por trozos
a
la que quisiste ser entera?
¿Alimentarla
con recuerdos? ¿O deseos?
¿Con
algo intermitente expresado bellamente?
¿Un
rato?
El
sol gotea decimales, pero no son estrellas.
Ellos,
los dueños de los días,
actúan
por la vía láctea con prisa de tijeras.
Despiden
de mil en mil
y
lo así truncado es lluvia de canteras:
canteras
del yo y del nosotros,
canteras
del dicho y del hecho,
canteras
del recuerdo y la esperanza.
Llueven,
en las canteras del sueño,
demasiados
picos de estrellas.
(De Basura mundi; 2008)
COMO
SI FUERA PÁJARO
“El asesino, virtual;
las balas,
virtuales;
la cabeza,
real
mente
destrozada”
(Salustiano Martín)
Tú, que te mueres por decir nosotros,
prueba con el puñado de esdrújulas
que cada mes se caen con los ojos
empapados de vértigo y cemento.
Esta vez la viga de hierro le ha partido
el alma y todo lo demás
a uno de los nuestros. -Déjalo así.
El que subió a la construcción como si
fuera único
tenía una edad como la tuya,
igual número de hijos,
tu mismo contrato temporal
y una jornada tan completa como tú
de piedra y máquinas al aire.
Cualquiera muere a contramano interrumpiendo
el sábado. Cualquiera, vislumbrándose de
tierra,
dice nosotros y queda igualado.
Pero antes, en vivo, ¡qué falso el falso
suelo!
Qué postizamente suena ahí mismo:
en las paredes tímidas del vecino,
prójimo devuelto a tembloroso pajarito
de olfatear grisú,
a ranita detectora del génesis,
a mula camicace o simplemente a piedra.
En vivo, probad en alto andamio los plurales
y ved quiénes son
los que una y otra vez tropiezan con el sol
y, estruendosamente, del nosotros,
caen.
(De Basura mundi; 2008)
ANDAR
“¡Es tan distinto
imaginar el cielo
a despertar de súbito
en él!”
(Emily Dickinson)
Si hubo una quimera,
ya sabrá la flor qué hacer
con lo robado al fuego.
Sucede así.
En el principio no fue el verbo: Tú,
sin nombre. Yo, en silencio.
Si en los contenedores de la primera
persona del singular
hubo una quimera,
tendrá que empezar algo, un dedo,
un hombro, un paramecio,
un grano, un poco de relámpago.
Querida primera persona del plural:
si hubo una quimera,
tendrá que haber sendero.
(De Basura mundi; 2008)
MARÍA ÁNGELES MAESO en DISIDENTES: antología de poetas críticos españoles (1994-2014). Ed. La oveja roja. Madrid, 2015.
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