Era del tiempo de mis abuelos.
El general, el prestidigitador.
Tenía artritis. En las manos.
y le dolían.
Le dolían como un hijo a una madre.
Las manos.
Porque las tenía llenas de cadáveres.
El general, el prestidigitador.
y ya no podía hacerlos
desaparecer.
David González.
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