¿Qué importa que pronto estemos en total
oposición al tiempo?
Tú me enseñaste a no extrañarme. Yo hilvano
palabras como tú
coses vestidos:
tatareando e inclinada hacia adelante.
Reverberan los muros,
agosto azota sus piedras.
Todo está quieto.
Los años caen del árbol
a montones y se
secan. El viento sopla y los revuelve.
Sólo quedan sin polvo los mejores.
Olor a asfalto en la tormenta
y vaho ebrio de cebada.
Sólo los más intensos
se coloran. Agosto.
Mes imperial. Ve a buscar el patrón.
Prende los alfileres. Yo aguzaré mi pluma
y haré tu más bella
mortaja.
Erwin Mortier, Vergeten licht (Luz olvidada), 2000
(Traducción del
neerlandés: Agustín B. Sequeros, mayo, 2015)
Muchas gracias, Agustín, por hacernos conocer este impresionante poema, maravilloso, lúcido, completo.
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