No
nos creemos lo que sabemos
No
nos hacemos cargo de lo que hacemos
No
nos damos cuenta de lo que viene
(cuatro
quintas partes de las reservas
de
combustibles fósiles aún existentes
deben quedar
bajo tierra)
(el pensamiento mágico se impone a la racionalidad… también hoy, cuando
la principal forma
de pensamiento mágico es una tecnolatría
que se cree a sí misma racional)
1
Y es que no eres una estrella del rock
no
eres un héroe de fanzine
tu
meta no es que tu vida
se
convierta en leyenda
Se
trata de vivir bien
de
manera que puedas ayudar acaso
una
pizca siquiera
un
granito un adarme
a
vivir bien a otros
2
¿Puede
ayudar a los demás
el
incapaz de ayudarse a sí mismo?
Claro,
es algo que sucede
todos
los días
(en qué país
son dioses los gorriones,
pregunta el poeta Rikardo Arregi)
Aunque
los niños no atiendan,
aunque
los hermanitos menores
rechacen
obstinadamente la verdad,
no
por eso hay que dejar de hablarles:
igual
que Sísifo
sigue
moviendo su piedra
sin
resentimiento hacia la gravedad
(los mamos koguis y arhuacos nos recomiendan
respeto hacia todas las cosas)
…nuestra generación
tenía ideales, sabía por qué luchaba…
…era un obrero, sin mucha formación
pero qué liderazgo y capacidad de arrastre
aquel chico del comité de empresa…
…hoy ¿dónde está el enemigo?
…y qué ricas
las mañanas en que íbamos al bar
a pedir café con leche y sardinas fritas
con madre y con los tíos…
(las cosas inauditas que uno escucha
en la mesa de al lado)
para Eladio Orta
ahora que arranca en el
séptimo decenio
de su vida bien vivida
1
Y ¿qué es entonces lo más valioso, amigos,
lo verdaderamente valioso?
No esas onzas de oro ensangrentado
que en cualquier parte se intercambian por cualquier
mercancía
No el tiempo largo de una vida colmada de placeres
–alguien puede extraviarse en muchos años de soledad
infértil
No el poder casi omnímodo de quien puede destruirlo
casi todo
(y es al mismo tiempo impotente para crear casi
nada)
Ni siquiera la belleza –la luna sobre el lago, el
alcaudón
en la dehesa con su antifaz negro
o las caderas que dibujan su bóveda de baile enfebrecido
No, quizá lo que tiene valor
es ese puñado de palabras que pueden ser
transmitidas
como una lumbre pequeña que pasa de viejas manos
a manos jóvenes, esas palabras-ascua
que no necesariamente dan respuestas, que acaso casi
nunca
dan respuestas
pero nos siguen ayudando
a entender las preguntas
Jorge Riechmann. Mudanza del isonauta. Tusquets, 2020
Ilustración de Miguel Brieva
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