BELLEZA,
II
Creo que no tenemos otro
derecho que contemplar con cuidado.
CREEMOS
SIN EMBARGO
Escucho la lluvia
como una columna gris en
el silencio de la tarde.
Ruido blanco
como una mampara de
protección contra el exceso
de los días.
Cae como si quisiera
limpiar algo
las hojas de los árboles o
las columnas de refugiados,
la sucia podredumbre de la
muerte comprada
pero esto no es así.
Al calor de la piel y
ráfagas de ternura
creemos sin embargo
que mientras llueve hay
esperanza de salvación.
Fotografía de Juan Sánchez Amorós
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